Tengamos presente, que los resultados de los estudios de expertos y científicos sobre la grave situación en que se encuentra nuestra “única casa”, son realmente alarmantes. De no aceptarlos, o de plano ignorarlos, sería tanto como “cavar nuestra propia tumba”, porque, dentro de dos, o tres décadas máximo, como ya hemos advertido, esto será un verdadero infierno si no aplicamos la solución inmediata. ¡Está en nuestras manos! ¿Qué esperamos?
No hay ninguna duda ya, amable lector, de que, por las altas temperaturas, el planeta está perdiendo el equilibrio ecológico y con ello capacidad para recuperarse para mantener la vida naturalmente. Más del 75 por ciento de la superficie terrestre está degradada. Todos los seres vivos, tanto del mar como de la tierra estamos a merced de los desajustes climáticos. De acuerdo al Plan de Acción Contra el Cambio Climático de la ONU, el océano ha absorbido alrededor del 90 por ciento del calor generado por las altas emisiones. Conforme el exceso de calor y energía calientan el océano, el cambio en la temperatura lleva a efectos progresivos sin precedentes, que incluyen el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, olas de calor marinas y acidificación del océano.
Los últimos datos de la Organización Meteorológica Mundial demuestran que la media global del nivel del mar ha alcanzado un nuevo récord de elevación en 2021, con una media que ha aumentado en 4.5 milímetros al año en el período de 2013 a 2021.
Es tal la gravedad de la situación, que, debido a la criminal deforestación, contaminación de los océanos, el aire, los ríos, los acuíferos, la sobrepesca etc., se está poniendo en riesgo nuestra supervivencia a mediano y largo plazos. Ya no son tiempos de experimentos ni de programas políticos para enfrentar esta amenaza climática. Recordemos que somos los únicos seres vivos que, hasta ahora, habitamos y nos alimentamos en “2 planetas”, porque, más que de tierra, el nuestro es de agua. De ahí que, actuamos cuanto antes, o nuestra descendencia y la fauna incluida, ya no podrán vivir, ni en el mar, ni en la tierra…
Extractos de las publicaciones científicas clave para profundizar en el conocimiento de los retos de la pesca sostenible. Grupo de científicos oceanógrafos internacionales y la Asociación BLOOM. De París, Francia para EL UNIVERSAL. Continúa:
Resumen del artículo 3 –“Los modelos de evaluación de poblaciones de peces sobreestiman la sostenibilidad de las pesquerías mundiales”. -La gestión eficaz de las pesquerías requiere estimaciones precisas de la biomasa y las tendencias de las poblaciones; sin embargo, los supuestos de los modelos de evaluación de poblaciones generan altos niveles de incertidumbre y error.
Para 230 pesquerías de todo el mundo, contrastamos las estimaciones de biomasa de las poblaciones en el momento de la evaluación con estimaciones retrospectivas actualizadas modelizadas para el mismo año en evaluaciones posteriores con el fin de evaluar la sobreestimación o subestimación sistemáticas. En el caso de las poblaciones sobreexplotadas, de bajo valor o situadas en regiones con temperaturas en aumento, las estimaciones históricas de biomasa fueron generalmente sobreestimadas en comparación con las evaluaciones actualizadas.
Además, las tendencias al alza comunicadas para las poblaciones sobreexplotadas eran a menudo inexactas. Si se tienen en cuenta los sesgos detectados retrospectivamente, es probable que un 85 por ciento más de poblaciones de las reconocidas actualmente hayan caído por debajo del 10 por ciento de la biomasa histórica máxima. La elevada incertidumbre y el sesgo de las estimaciones modelizadas de las poblaciones justifican una mayor precaución por parte de los gestores.
Resumen del editor -Nota de Bloom: Este artículo no fue escrito por uno de los autores, pero es esencial para comprender la magnitud de los retos que plantean los fallos de nuestro modelo actual de la pesca “sostenible”. La evaluación del estado de las poblaciones de peces es un elemento clave de su gestión. Aunque se ha debatido mucho sobre cómo hacer las evaluaciones de las pesquerías, en general se cree que las estimaciones son más o menos exactas. Edgar et al. utilizaron datos de dominio público sobre 230 de las especies pesqueras más conocidas para comprobar si las estimaciones de biomasa de las poblaciones realizadas en el año de la estimación eran tan precisas como los modelos hindcast calculados específicamente. Descubrieron que, especialmente en las especies sobreexplotadas, las estimaciones históricas eran superiores a las posteriores, lo que indicaba la presencia de evaluaciones excesivamente optimistas del estado de las poblaciones.
Estas son las “11 Reglas de Oro” de la pesca sostenible para proteger los océanos. Un modelo revolucionario. -Principio: Recuperar la salud de los océanos.
Acción 1 -Pescar menos y minimizar el impacto de la pesca. -La sobrepesca, resultado de una regulación inadecuada y una gestión pesquera deficiente basada en el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), está destruyendo especies vulnerables y debilitando ecosistemas. El mantenimiento de niveles de biomasa más elevados para todas las especies restablecería el funcionamiento de los ecosistemas, reduciría los riesgos de la gestión pesquera y mitigaría los efectos del cambio climático. La aplicación de una gestión pesquera adaptada al clima y el establecimiento de un objetivo de conservación del 60 por ciento de la biomasa no explotada son esenciales para garantizar la sostenibilidad de la pesca y reforzar la función de captura de carbono del océano.
Muy interesantes los estudios de este grupo de científicos oceanógrafos sobre la problemática de la sobrepesca en los océanos. No cabe duda que estas conclusiones son preocupantes y no queda más que llevar a la práctica cuanto antes, “Las 11 Reglas de Oro” sugeridas para tratar de remediar este atentado a nuestro principal proveedor como lo es el mar.
Desde luego que mucho tienen que ver los gobiernos y la sociedad en su conjunto para procurar su aplicación inmediata, ya que, de no ser así, ¿De qué sirven entonces la ciencia, la academia y el esfuerzo de todos aquellos que participan? Es tiempo de alzar la voz y estar unidos antes del colapso. No es mala suerte, ni pretexto de que así es la vida, o que la naturaleza no tiene palabra; claro que sí la tiene y nos está pidiendo a gritos, casi implorando, que la “ayudemos”. La Madre Tierra clama por sus hijos. Es ahora, o nunca más será…continuará…