Nos dicen que ahora que ya se activó el Bono Catastrófico que México contrató en los mercados internacionales, conocido como Catbon, por un monto total de 485 millones de dólares para cubrir los daños que provocó el huracán Otis en Guerrero, será a través del Banco Mundial (BM), institución que preside Ajay Banga, la vía en que se recibirán esos recursos. Pero hay un detalle que muchos se preguntan, ahora que ya no existe el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Nos comentan que cuando se pactó el Catbon, se establecía que, en caso de activarse, los recursos correspondientes al siniestro tendrían que depositarse en el Fonden, que hoy opera como un programa presupuestal. Así, nos hacen ver que queda la duda sobre la forma en que se recibirán los recursos luego de la devastación que dejó Otis la semana pasada.
Decisión clave sobre comida chatarra
Nos adelantan que viene otro capítulo de la lucha del gobierno federal y algunos organismos no gubernamentales contra la comida chatarra. Nos recuerdan que el 1 de octubre de 2020 entró en vigor la Norma Oficial Mexicana de etiquetado de alimentos y bebidas, la cual obligó a las empresas a incluir sellos de alerta de exceso de azúcar, calorías y sodio, entre otros ingredientes. A raíz de ahí, varias empresas se ampararon contra la norma y esta semana, hacia el cierre del mes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside la ministra Norma Piña, analizará si proceden o no esos recursos. Como en todo, hay dos visiones: el sector privado espera que avance el amparo, mientras que organismos como El Poder del Consumidor esperan que no pase, por los riesgos para la salud que conlleva. Pese a todo, nos dicen que la norma tuvo un impacto relativo, porque la comida chatarra se sigue consumiendo, aunque algunos productos se reformularon y tienen menos azúcar y grasa.
Traspasando fronteras
Nos cuentan que luego de tres años de operar en México, donde tiene presencia en 24 ciudades, la empresa Cheaf debutó en Chile con su objetivo de contribuir a los esfuerzos de reducción del desperdicio de alimentos. A través de su aplicación móvil, enfocada a evitar que se desperdicie la comida, permite a supermercados, restaurantes y tiendas ofrecer sus excedentes, mientras que los clientes tienen la oportunidad de rescatar paquetes de alimentos con descuentos. Con este paso, nos explican, la empresa comandada por Kim Durand inicia su plan de expansión en la región, y se eligió a Chile al tratarse de un país pionero en iniciativas que combinan la tecnología y la sostenibilidad. Nos recuerdan que, a escala global, más de un tercio de la comida producida termina en rellenos sanitarios, generando una importante huella de carbono.