Nos hacen ver que nada hace despegar al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), ni los acuerdos con las aerolíneas, ni el reacomodo de vuelos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), ni ofreciendo la segunda TUA más barata del país o los subsidios millonarios. La terminal de Santa Lucía simplemente no levanta, pues manejó en septiembre 183 mil pasajeros en vuelos dentro del país y fue su peor mes desde febrero. Tras lograr colarse al top 10 en el ranking de tráfico nacional en diciembre pasado, nos explican que el aeropuerto a cargo del general Isidoro Pastor Román ha sido desplazado al peldaño 12, superado por las terminales de Guanajuato y Ciudad Juárez, mientras la de Hermosillo está pisándole los talones. Nos dicen que se espera que la Categoría 1, que se recuperó a mediados de septiembre, comience a dar frutos para la temporada de invierno y salga al rescate del AIFA, pues la esperanza muere al último.

Argentina toma altura

Hablando de aeropuertos, nos comentan que Argentina dio la sorpresa en cuanto al tráfico de pasajeros. En medio de una feroz campaña electoral y una inflación de más de 100%, los vuelos domésticos aumentaron 23% en septiembre debido a las mayores frecuencias en rutas como Bariloche-Ezeiza y Ezeiza-Puerto Iguazú, según la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, que preside Adrian Neuhauser. Nos reportan que esta cifra casi triplica los resultados de México y Brasil, donde el tráfico nacional se elevó 8% y 9%, respectivamente.

Diciembre le gustó al SAT

Nos explican que diciembre es el mes en que el fisco revisa completito todas las facturas emitidas y recibidas de las empresas, en especial las provisionadas no pagadas, de socios deudores y gastos del dueño para seguir la ruta por si las moscas encuentran a algún facturero. Visualiza con lupa los servicios de naturaleza civil y mercantil en los que no se requiere la cédula profesional. Es decir, la trazabilidad desde el origen hasta el final de la operación. Nos cuentan que así lo advirtió el asesor tributario, Carlos Orozco, en un foro organizado por Thomson Reuters, quien con su estilo tipo stand up, logró mantener la atención de los asistentes, pero sobre todo que se aprendieran los siete principios básicos para no caer en la tentación de ser facturero sin quererlo ser. Mientras el SAT, que dirige Antonio Martínez Dagnino, hace su chamba, ahora sólo falta que los contribuyentes hagan las cosas bien.

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