Las políticas económicas de corte neoclásico, o como se les denomina comúnmente, “neoliberales”, se instrumentaron en el mundo desde finales de la década de los setenta. Antes de penetrar en gran parte del mundo, estas medidas se aplicaron a sangre y fuego en algunos lugares como Chile. Desde entonces, para muchos no había otra forma de conducir a las economías del mundo más que a través del libre mercado. Incluso se llegó a decretar “el fin de la Historia” argumentando que la democracia y el mercado habían llegado para quedarse. Sólo un episodio internacional del tamaño de una guerra mundial podría revertir lo anterior. Ya se presentó. La pandemia del covid 19 está teniendo dicho impacto, por lo que el mundo no será el mismo después de este evento. Tanto la teoría como la política económica tendrán que reconstruirse. Es un hecho que dejar el sector salud al libre mercado en gran medida nos han traído hasta donde estamos. Por lo tanto, los postulados de la Economía neoclásica están en entredicho, al igual que la propia globalización.
El episodio más cercano a una pandemia como la que estamos viviendo se remonta a hace aproximadamente un siglo con la llamada fiebre española que provocó millones de muertos. Hace cien años el mundo no estaba tan interconectado como lo está actualmente, razón por la que el virus que ha puesto en jaque al mundo se propagó tan rápidamente. La apertura de fronteras, los viajes en avión, el comercio internacional, en pocas palabras, la globalización, contribuyeron a que el mundo entero rápidamente se contagiara.
El avance científico y tecnológico, por otra parte, también han provocado que el número de decesos se cuente por miles y no por millones. En esos términos, el contexto actual no es ni la sombra de otros episodios de pandemias mundiales que han acotencido. No por eso deja de ser grave y dramático. La pandemia ha desnudado a los sistemas de salud del mundo. Incluso el país más poderoso se encuentra doblegado ante este evento a pesar de la estructura de salud y de investigación médica que tiene. Seguramente el tema de la salud se convertirá en uno de seguridad nacional que implicará el retorno del papel protagónico del Estado.
Detener las cadenas de suministro, el turismo nacional e internacional, cerrar instituciones educativas, así como diversas empresas está provocando una recesión de dimensiones colosales. En algún tiempo sabremos si el confinamiento tiene consecuencias semejantes a los de la Gran Depresión, lo que sí sabemos es que diversos países están aplicando diferentes políticas tanto para combatir, o mínimamente sobrellevar la pandemia, como para reactivar la Economía.
El mantra neoclásico sostiene que el Estado no debe intervenir. Sin embargo, incluso los más fervientes adoradores del mercado ahora sostienen que el Gobierno debe entrar en acción. Uno de los aciertos del economista británico John Maynard Keynes fue sostener que el Estado podía y debía intervenir en la economía. Políticamente no es aceptable quedarse de brazos cruzados. Los gobernantes en turno buscan demostrar que por lo menos intentaron hacer algo para evitar o minimizar los efectos de la crisis. Al respecto, en estos tiempos en el mundo entero se están realizando diversas políticas económicas de rescate y reestructuración. Sólo el tiempo dirá cuáles fueron exitosas y cuáles alimentaron el desastre económico. Pero es prematuro para decirlo.
La economía no es una ciencia exacta, por lo que cualquier prescripción de política económica que se diga tiene cierta carga ideológica o de creencias personales. Por ello es que no importan las medidas que tome el actual Gobierno, siempre habrá alguien que se oponga a ellas. El tiempo dirá si fueron acertadas o no. Después de la pandemia y la recuperación, los que hacemos economía, en el salón de clases o en la investigación, tendremos más elementos para construir un nuevo paradigma económico.
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La mayor parte de los estudios y análisis sobre el impacto económico del covid 19 han olvidado al sector informal de la economía. En un país como el nuestro, con un amplio sector informal, es altamente probable que dicho sector rescate a gran parte de las personas que se quedaron sin empleo. Es temprano para decirlo, en unos meses veremos si nuevamente la informalidad sirvió como “válvula de escape”, mi pronóstico es que sí, es decir, ayudará a mitigar el magro desempeño económico.
Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl.