Hace algunas semanas TESLA,una de las empresas más importantes del multimillonario Elon Musk fue separada del índice ASG de la calificadora Standard and Poors. Las siglas se refieren a criterios ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG) que buscan medir no sólo la rentabilidad económica o financiera de la empresa, sino también los elementos que conforman dichas siglas. Una pregunta que surgió en algunos medios de periodismo financiero fue, si la empresa que produce autos ecológicos está fuera de dicho índice, ¿qué se puede esperar el resto de las empresas? La respuesta es que no basta ser amistoso con la naturaleza, el aspecto social y la gobernanza también importan. Al respecto uno de los hombres más ricos del mundo está dando una lección sobre cómo no conducir una empresa. El problema ha sido no tener condiciones laborales adecuadas.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que son la continuidad de los objetivos del milenio y promovidos internacionalmente por las Naciones Unidas, consideran que la sostenibilidad debe incluir elementos sociales. Dentro de estos se encuentra el trabajo decente y adecuadas remuneraciones. A los economistas se nos dificulta entender el significado del trabajo decente, pero es un término acuñado por la ONU, y la Organización Internacional del Trabajo que habla de empleos adecuadamente remunerados, con prestaciones sociales, con derecho a vacaciones y que no atenten contra la dignidad humana. Aunque en México no es noticia de primera plana el tener condiciones de esclavitud laboral y un elevado porcentaje de la población asalariada cuenta con Seguridad Social, lo cierto es que esto no se puede generalizar para el mundo entero. Basta mirar a casi cualquier país africano, o latinoamericano, para verificar que todavía hay mucha gente con trabajos que no podrían recibir el apelativo de decentes.
Elon Musk ha sido noticia de la prensa internacional de negocios no sólo por lo descrito previamente, sino porque no permitió la continuidad del trabajo en casa ni de ninguna actividad remota. Llama la atención que una empresa tecnológica no haga uso de las plataformas para las actividades ordinarias de sus trabajadores. El aspecto social es el que provocó que la empresa quedara fuera del índice ASG. Por ser empresas internacionales y cotizar en bolsa de valores, es forzoso contar con un Gobierno Corporativo, tal vez esa no es la razón por la que quedaron fuera. Se debe analizar y entender el factor social para darse cuenta de que la razón de fondo está aquí.
Las dos bolsas de valores que funcionan en México han incorporado índices ASG. Sin embargo, hasta el momento pareciera que la principal variable para estar en dicho índice es el ambiental. De ningún modo debemos menospreciar que se realicen intentos por tener empresas responsables con el medio ambiente, sin embargo, esto es apenas una parte de lo que conforma los indicadores no financieros. El aspecto social y de gobernanza corporativa están a la misma altura y también deben ser considerados.
El aspecto social tiene dos vertientes: al interior de la empresa y hacia afuera. El primer caso se refiere a las condiciones laborales de los trabajadores, prestaciones sociales, remuneración, inclusión y estrés en el trabajo principalmente. La realidad laboral en nuestro país es que la gran mayoría de las grandes empresas no pasaría esta prueba. Basta revisar el sueldo que pagan en empresas que producen frituras, galletas y demás alimentos chatarra. Es de sobra conocido que el sueldo los grandes consorcios de restaurantes, pagan salarios verdaderamente miserables bajo el argumento que se compensan con las propinas. También conviene revisar el entorno laboral para conocer el nivel de estrés generado por el ambiente laboral. En resumen, en el aspecto social, hacia el interior de la empresa, hay mucho por hacer.
El aspecto social, hacia afuera de la empresa, se refiere a la reputación que tiene la organización, así como al alcance de su producto o servicio. Así una empresa que cuida jardines públicos, que dona computadoras a escuelas públicas o comunidades que lo necesitan, puede tener una buena reputación. Esto ayuda a tener una mejor evaluación en el aspecto social, pero queda la parte al interior de la empresa: la que se tiene con los propios trabajadores, al respecto, mi convicción es que en la mayoría de los casos se es candil de la calle y obscuridad de la casa.
Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM y UDLAP Jenkins Graduate School.
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