En pocos días sabremos el nombre de los candidatos que contendrán por la Presidencia de la República. A pesar de la popularidad de la candidata panista, todavía tiene que ganarle a la aspirante del PRI, que tiene décadas de experiencia contendiendo en elecciones, perdiendo y ganando por las buenas, por las malas y por las peores; definitivamente no todo está dicho y no puede descartarse que la oposición pueda fragmentarse, en cuyo caso el candidato de Morena realmente no tendría rival a vencer, la oposición sólo tiene la posibilidad real de disputar la presidencia si están unidos. Cualquiera que sea el candidato sucesor del Gobierno en turno, si las cosas no cambian, tendrá una victoria holgada sobre el resto de los candidatos.
Que las campañas electorales sean nota de todos los días sólo es muestra de que gran parte de las actividades del sector público federal se encaminan al cierre del sexenio. De hecho, para efectos prácticos nos encontramos a un año de distancia de que el candidato ganador reciba la banda presidencial de manos del actual presidente. Para muchos será un descanso que por fin termine este sexenio, pero otros desearán que se prolongue por más tiempo.
Recientemente se dieron a conocer un par de informes, de dos entidades autónomas e independientes sobre pobreza y desigualdad en México. En ambos casos hubo mejoría. El CONEVAL reportó que la pobreza extrema se está reduciendo. No faltaron las voces que inmediatamente se alzaron para señalar que, si bien lo anterior es cierto, la cobertura en materia de salud sigue siendo uno de los pendientes más importantes para la población, en particular para aquellos que no cuentan con seguridad social de parte del IMSS, ISSSTE o entidades estatales respectivas. Por donde se le quiera ver, esto es cierto, un pendiente que tendrá que resolver el próximo Gobierno es el de la cobertura de salud y la “explosión” que provocará la quiebra de los diferentes sistemas de pensiones estatales, además de la mayor demanda de los federales pertenecientes a las dos entidades de salud más importantes del país: IMSS e ISSSTE.
El INEGI, por su parte, reportó que la desigualdad se redujo durante el año 2022. Esto es, los más pobres recibieron un mayor nivel de ingreso mientras que los más ricos, recibieron menos. Esto de ningún modo acaba con el problema de la escandalosa distribución del ingreso, definitivamente seguimos siendo un país con amplias desigualdades, pero durante el presente sexenio éstas se han reducido.
En este espacio he comentado que la recuperación salarial comenzó en 2018, tanto de aquellos que perciben el salario mínimo como aquellos que perciben el sueldo promedio del IMSS. Es altamente probable que el incremento en el poder de compra de los trabajadores aunado a la política social sean los principales factores que han contribuido a la reducción de la pobreza y a la disminución de la concentración del ingreso del país. Los números hablan por sí mismos y puede argumentarse que no es por la política económica del actual Gobierno, sino por otras causas. Con todo, es el actual presidente quien se está colgando estas medallas.
Pero queda mucho por hacer. No sólo es el tema de la salud. Otro gran pendiente es el de la inseguridad que sigue creciendo a nivel nacional, provocando que poblaciones que hace algunos años eran tranquilas, ya no lo sean. Lo que queda del actual Gobierno es muy poco para realizar obras cuyos resultados destaquen, como ocurrió en materia de pobreza y desigualdad. El tema ambiental ha dejado mucho que desear en la presente administración. Como hemos comentado en este espacio, el cambio climático es una realidad que se está reflejando más frecuentemente en desastres naturales, sin embargo, los esfuerzos realizados no parecen tener el impacto necesario para revertir un daño que puede ser catastrófico.
La cuenta regresiva comenzó. Si bien hubo avances, así sean marginales, en pobreza y distribución del ingreso, quedan muchos pendientes, entre ellos, la inseguridad, la salud y el cuidado al medio ambiente. Los temas no son menores, lo que implicará muchos retos para el próximo Gobierno.
Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM y UDLAP Jenkins Graduate School.