La Organización Mundial de la Saludo declaró el fin de la pandemia provocada por la enfermedad Covid-19 que postró al mundo entero y lo mantuvo en jaque desde, al menos, 2020. Visto en retrospectiva, la pandemia no fue por mucho de las más severas que ha enfrentado la humanidad, de hecho, la más cercana es la provocada por la llamada gripe española que afectó al mundo de 1918 a 1920 y que trajo consigo aproximadamente 40 millones de defunciones que, a diferencia de la pandemia actual, según la OMS implicó menos de 7 millones. Considerando el tamaño de la población en ambas fechas: 1,800 millones en 1918 y 7,900 millones en 2023, el impacto fue mucho menor ahora que en el pasado.
De ningún modo se trata de minimizar los efectos de la pandemia. Sino de dimensionar adecuadamente los avances que hemos logrado como humanidad ante la presencia de nuevas enfermedades. Definitivamente hoy tenemos más y mejor información, así como sistemas de salud, que hace cien años. Encontrar la vacuna en tan poco tiempo es una proeza sin igual, baste observar que no contamos todavía con una vacuna contra el VIH que haya sido probada y puesta a disposición de la población como sí ocurre con la vacuna contra el virus SARS-CoV-2.
Los efectos no fueron solo en materia de salud. El confinamiento trajo consigo una brutal caída en las actividades económicas en todo el orbe del que, por lo menos en México, no hemos logrado recuperarnos. En el mundo es claro que, al igual que en todas las crisis, el impacto fue mayor entre la población de menores recursos. De hecho, se retrocedió lo que se había avanzado en términos de combate a la pobreza.
La educación es todo un tema. Aunque no se puede generalizar y en algunos casos la pandemia abrió la puerta al mundo de la tecnología, lo cierto es que organizaciones internacionales como el Banco Mundial muestran preocupación por el retroceso en materia educativa y el costo económico y social que trajo consigo en materia educativa. Es probable que la pérdida en capital humano provocado por la pandemia se pueda equiparar a la pérdida de biodiversidad si la selva del Amazonas desapareciera. El impacto no es menor. Dentro de algunos años, si no es que ya, veremos el nivel académico de los egresados de los diferentes niveles educativos no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero.
Lamentablemente no hay ninguna garantía de no volver a pasar por una nueva pandemia. De hecho, mi pronóstico es que el cambio climático y la degradación de los diversos ecosistemas provocada por la excesiva explotación de los recursos naturales provocará que tengamos contacto con virus hongos y bacterias que antes estaban contenidas por el hábitat o que se encontraban congelados. No será sorpresa si en poco tiempo volvemos a pasar por un evento semejante. De hecho, la viruela símica amenazaba con convertirse en una nueva pandemia, afortunadamente no fue así, pero la bala pasó cera.
En el camino aprendimos. Como sociedad vale más que volvamos la vista atrás sobre los aciertos y errores cometidos durante la pandemia. Conviene estudiar lo que hizo en diversos países para detectar cuáles fueron las medidas más aceptadas, tanto en materia de salud y reducción de pérdida de vidas humanas como en materia de impacto económico.
Aunque se declaró el fin de la pandemia, los efectos permanecerán. El Covid largo está presente en muchas personas y todavía no sabemos los efectos que podría tener entre la población. Apenas los estamos reconociendo y aprendiendo a tratarlos. Lo más grave, sin embargo, es el riesgo de vivir una nueva pandemia, por ello, lo mejor es estudiar lo más posible los efectos de la pandemia que termina, para poder enfrentar con menores errores, las que tarde o temprano llegarán.