El avance en la aplicación de vacunas parece estar teniendo efectos positivos: la variante del virus que hoy es dominante ha demostrado ser menos letal que las sus antecesoras. Esto es particularmente cierto para la población que se vacunó cuando tuvo la oportunidad, pues parece que es una tendencia internacional el que la mayoría de las hospitalizaciones y decesos se están dando entre la población que no está vacunada. En este contexto, la mayoría de los países está decretando no sólo el fin del confinamiento, sino que en algunos casos comienzan a levantar otras medidas restrictivas que tendrán un impacto positivo en la economía. En el caso de nuestro vecino del norte, es un hecho que la recuperación económica llegó, en el nuestro aún está por verse.

Hace cerca de dos años el mundo atravesó por uno de los peores escenarios que hemos vivido como humanidad: pandemia y falta de empleo. Como es sabido, el confinamiento trajo consigo el cierre de gran cantidad de actividades económicas que se reflejó en una severa contracción del Producto Interno Bruto y en un brutal incremento en el desempleo. Las principales economías del planeta lo vivimos. El escenario fue dramático y trajo consigo también problemas de salud mental entre la población, cuya magnitud aún está por determinarse. La crisis ha sido no sólo viral, también lo ha sido económica, psicológica y social.

La aplicación de vacunas está mostrando sus beneficios: para la mayoría de la población el contagio ahora no es letal. Esto está contribuyendo a que los Gobiernos del mundo hayan reducido las medidas de confinamiento y que en algunos casos pronto se elimine la totalidad de restricciones tanto para circular por las calles como para poder trabajar. La recuperación económica está en ciernes, pero antes de eso será necesario recuperar parte de lo perdido.

El sector educativo posiblemente fue el gran perdedor durante el confinamiento. El impacto en capital humano puede ser devastador, pues en los niveles elementales se dejó de aprender y hubo mucha deserción, mientras que en niveles intermedios y superiores la formación podría ser deficiente. No tenemos todavía suficientes elementos para cuantificar el impacto, pero es un hecho que tanto el rigor académico como el número de horas dedicadas al estudio ha sido menor desde la pandemia. La incorporación al mercado de trabajo de los alumnos que estuvieron en los salones de clase durante la pandemia podría ser problemática. La educación privada también fue severamente golpeada: la matrícula se redujo y varias escuelas, en diferentes niveles, debieron cerrar sus puertas.

El sector inmobiliario también está viviendo momentos difíciles. El confinamiento forzó al mundo entero a tener una inmersión total en la tecnología para poder sobrevivir. El teletrabajo, que en algunos casos se empezaba a dar, se profundizó y llegó para quedarse. Esto ha reducido la demanda de espacios destinados a oficinas por lo que en este momento hay exceso de oferta de espacios para montar despachos u oficinas.

La deuda tanto pública como privada se incrementaron, lo que implica que tanto Gobiernos como familias y empresas tienen ahora un mayor nivel de deuda que hace apenas un par de años. Este es un problema que se podría convertir en una “bola de nieve” que dé al traste con la recuperación económica. El problema está detectado, es importante que los actores involucrados tomen medidas para evitar que se convierta en una nueva crisis financiera global.

El fin del confinamiento y la recuperación económica son buenas noticias. Pero hay riesgos muy fuertes que deben estar presentes entre los actores económicos. Parte de la reactivación primeramente se debe centrar en recuperar lo perdido, tal es el caso de la educación, que podría fortalecerse a través de talleres, cursos de actualización, diplomados, etc. Se debe cuidar el nivel de deuda tanto pública como privada, para evitar que se convierta en el motor de la próxima crisis. El sector inmobiliario se recuperará conforme la economía crezca. Al parecer eso empieza a ocurrir en el resto del mundo. Este crecimiento tarde o temprano nos impulsará. Pareciera que por fin se está viendo la luz al final del túnel.

1. Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM y UDLAP Jenkins Graduate School.

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