Las primeras dos semanas de noviembre se reunirán representantes de los líderes mundiales a fin de tratar el tema del cambio climático y la crisis ambiental. La barbarie ecológica que hemos provocado como humanos nos ha llevado a la crisis más severa que como especie hemos sufrido y que ha puesto en riesgo el futuro mismo de la humanidad. Hemos llegado hasta aquí por múltiples causas: agotamiento de recursos no renovables, mal manejo de los que sí lo son, contaminación de aire, agua y suelo, así como por el desenfrenado crecimiento poblacional. Un efecto notorio, y que en este momento pocos cuestionan es el cambio climático, pero la pérdida de biodiversidad y alteración de ecosistemas consecuencia de las actividades humanas son parte de la misma tragedia. La solución no está sólo en manos de líderes mundiales, a todos nos compete hacer algo por el planeta en el que vivimos.

Es un hecho casi incuestionable que la tragedia ambiental es provocada por actividades humanas.

Existen muy pocos bienes en cuyo proceso de producción no se genere contaminación, pero éstos surgen porque hay una demanda por satisfacer. En pocas palabras es tanto oferta como demanda lo que genera contaminación y degradación ambiental, es decir, empresas y consumidores son actores de esta tragedia.

El sector público también juega un papel importante: el marco normativo dicta lo que está permitido y lo que no, dentro de los permisos puede haber muchas actividades que atenten contra la salud o la integridad humanas: permitir la venta de armas es un camino directo a muertes violentas y la normalización de las mismas; permitir la venta irrestricta de alcohol y tabaco es también un pasaporte a problemas de salud pública. El cumplimiento del marco normativo puede ser crucial para la conservación del medio ambiente, en este sentido, la corrupción puede provocar excesos ambientales que a la madre naturaleza le podría tomar décadas, o tal vez siglos corregir.

La llamada Conferencia de las Partes en su edición 26 (COP 26), será el escenario en donde probablemente se tendrán más elementos tanto de política pública como de criterios y estándares que deben cumplir las empresas para ser consideradas socialmente responsables, a la vez, se podrían dictar criterios generales que deben seguir algunos gobiernos para combatir el cambio climático. La llamada descarbonización de la economía sólo se acelerará en los años siguientes y seguramente tendremos cada vez más normativas de carácter obligatorio que deberemos cumplir consumidores, empresas y sector público.

La sustentabilidad ambiental no puede verse sin tomar en cuenta un adecuado nivel salarial y la generación de lo que la Organización Internacional del Trabajo denomina trabajos decentes: es decir, donde no se ponga en riesgo la integridad del trabajador, se respeten sus derechos laborales y se le pague decorosamente. En países como el nuestro, con niveles de pobreza que rayan en el escándalo, gran parte de la población vive preocupada por conseguir su sustento diario, por lo que los temas ambientales no suelen ser parte de la agenda del ciudadano común. Por ello, es parte de la solución del problema ambiental pasa por resolver el tema económico.

Las empresas también tienen mucho por hacer. Se debe reconfigurar la mercadotecnia para incentivar a los consumidores al uso de bienes y servicios amistosos con el medio ambiente. Deben surgir nuevos productos que reduzcan empaques contaminantes, transitar de champú líquido y en botella de plástico a uno sólido parecido al jabón en pastilla, son ejemplos de los cambios que se pueden dar para generar productos cuyo impacto ambiental sea menor.

La educación ambiental debe fortalecerse en todos los niveles educativos, desde primaria hasta posgrados. La educación ambiental, lejos de ser un problema, es un área de oportunidad para, desde la academia, contribuir a formar conciencia en los futuros ciudadanos y profesionistas. Lo que está en juego es la existencia misma de la humanidad, por ello es que todos debemos sumarnos a este ejercicio de conciencia ambiental.

La COP 26 tendrá lugar muy pronto. Los temas que se abordarán determinarán en gran medida el rumbo que tomarán sociedades y economías en todo el orbe. Conviene estar al pendiente y, en la medida de nuestras posibilidades, sumarnos al rescate del planeta.

[1] Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM y UDLAP Jenkins Graduate School. 

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