Si algo amo de este país y de su gente, es su solidaridad en tiempos difíciles. Nos hemos demostrado como sociedad, que cuando se necesita ayuda, las y los mexicanos estamos puestos para lo que sea: repartir despensas, donar ropa, marchar por causas en común, y hasta rescatar a gente atrapada entre los escombros.
Desafortunadamente, nos encontramos viviendo uno de los momentos más difíciles en los últimos años; y es que la crisis de salud generada por el Coronavirus, ha traído consigo otra no menos preocupante: aquella económica. Las consecuencias que ambas traerán consigo, serán devastadoras sino es que mortales. Por ello, hoy resulta más importante que nunca el permanecer unidos, y como ya lo hemos hecho en distintas ocasiones a lo largo de la historia, sumar esfuerzos para sacar adelante a México; o al menos, juntos salir menos lesionados de este golpe.
Nadie puede negar que si se trata de estar al pie del cañón en momentos difíciles, los mexicanos somos el ejemplo perfecto de solidaridad; y esta pandemia no ha sido la excepción. Junto con todos los problemas que han surgido en las últimas semanas, también han surgido decenas de iniciativas ciudadanas que, desde sus distintas trincheras, buscan apoyar a grupos vulnerables. Iniciativas como Agrega (1), para llevar comida hasta las zonas más marginadas del país; Ponte la Verde (2), para impulsar proyectos de impacto ante la contingencia; Con Vida por México (3), para apoyar a hospitales públicos en su lucha contra el Covid-19; y muchas más que se han sumado para sacar adelante al país en la medida de lo posible.
Me llena de orgullo decir que México es un país que cuando se trata de ayudar, hasta en las cárceles se organizan para apoyar a quienes más lo necesitan. Éste es el caso de las mujeres privadas de la libertad en los penales de Nezahualcóyotl Sur y Barrientos, en el Estado de México. Las mujeres en prisión son una población que por años ha sido invisibilizada, discriminada, olvidada y estigmatizada. Ocupa quizás uno de los temas de menor interés en la agenda política, y no pensamos en ellas cuando celebramos el populismo punitivo de nuestros legisladores.
Las tenemos viviendo en terribles condiciones, sin acceso a productos de higiene personal, sin oportunidades de empleo, de educación, de programas de atención y desarrollo para sus hijos. Son mujeres que encarcelamos sin siquiera escuchar sus historias, sin atender las
causas del por qué llegaron a prisión, y que como sociedad orillamos a vivir una vida envuelta en violencia y delincuencia, para después voltear la mirada cuando piden ayuda.
Esas mismas mujeres son quienes hoy se han sumado a la campaña “Salvando a quienes nos cuidan” (4), y trabajan diariamente desde sus celdas para aportar kits de protección personal al personal sanitario en hospitales que atienden a pacientes con Covid-19.
A través de las organizaciones La Cana, Reinserta, y Salvando Latidos, las mujeres están tejiendo peluches de doctores(as) y enfermeros(as), y destinando las ganancias de sus ventas a comprar guantes, máscaras, trajes de protección, y cubre bocas para los héroes y heroínas con bata que trabajan todos los días para mantenernos sanos y seguros.
El permanecer en casa no implica que no podamos seguir ayudando a quienes más lo necesitan, y éstas mujeres nos han demostrado que el estar en prisión, tampoco. Una vez más, las mexicanas nos demuestran que nuestra solidaridad no tiene límites. Ojalá este ejemplo que hoy nos dan, nos haga repensar también nuestras prioridades como sociedad, particularmente cuando hablamos de personas privadas de la libertad.
Quizás la siguiente vez que juzguemos a alguien que está en prisión y automáticamente les tachemos de delincuentes malvados y queramos endurecer sus penas, pensemos con más empatía en estas mujeres. Y recordemos que cuando más se necesitó, también estuvieron al pie del cañón por México.
(1) https://agrega.org/
(2) https://www.pontelaverdecovid19.mx/
(3) https://www.milenio.com/mileniotv/politica/convida-por-mexico-el-apoyo-a-hospitales-publicos
(4) https://lacana.mx/blogs/la-causa/la-cana-y-reinserta-se-suman-a-la-campana-salvando-a-quienes-nos-cuidan