Hablar sobre el proyecto de rescate para la zona oriente del Estado de México requiere repensar el papel de la periferia en la ciudad. A lo largo del tiempo, estas áreas han sido vistas como el resultado de un crecimiento desordenado, con altos índices de inseguridad, pobreza, desigualdad y violencia de género, así como una grave falta de infraestructura. En estas regiones, alejadas de los centros de trabajo y estudio, viven millones de personas que demandan un cambio de paradigma para dejar de ser “ciudades dormitorio” y convertirse en centros sociales funcionales.
El plan de rescate impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, en coordinación con la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, responde a una necesidad histórica: llevar una transformación social profunda a la zona oriente. Después de décadas de abandono, esta zona será finalmente una prioridad para los tres niveles de gobierno, siendo un claro reflejo del humanismo mexicano, un concepto que coloca las necesidades del pueblo por encima de cualquier otro interés.
El Valle de México surge como esta gran oportunidad de repensar el modelo de la periferia, un modelo liderado por la visión del gobierno federal, que dimensiona al oriente del Valle de México, como un componente esencial de la metrópoli. Para lograrlo, es crucial la coordinación entre el gobierno estatal, municipal y federal, centrando su actuar en promover la justicia social, mejorar el medio ambiente, impulsar una movilidad más sostenible y con perspectiva de género, y disminuir los índices de rezago y marginación social, bajo un concepto de trabajo honesto y eficiente.
Los pilares de la transformación, se plantean en cambios sustanciales en la mejora de la vivienda, garantizar el derecho al agua y asegurar el derecho a la movilidad, con programas y reformas constitucionales que tienen un impacto significativo para los casi 10 millones de habitantes de municipios como Chalco, Valle de Chalco, Ecatepec, Tlalnepantla, Chimalhuacán, Texcoco, La Paz, Ixtapaluca, Chicoloapan y Nezahualcóyotl. Con estas acciones, se busca garantizar que los ciudadanos tengan acceso a servicios básicos esenciales transformando su calidad de vida.
Actualmente hay un cambio de paradigma en la movilidad, siendo esta uno de los ejes más visibles y urgentes del plan, por lo que se busca fortalecer este cambio de modelo en donde el gobierno federal y estatal apuestan por un modelo más justo, inclusivo y eficiente para el transporte público en la región, teniendo mejores unidades de transporte seguras y modernas, con operadores capacitados y tecnología al servicio de la gente. Este cambio aborda los siguientes puntos:
- Formalización del transporte público: Eliminar el modelo desorganizado del “persona-camión” y dar paso a un sistema formal con empresas integradas por los propios transportistas. Este modelo no solo mejora las condiciones laborales de los trabajadores, garantizando prestaciones y sueldos dignos, sino que, también optimiza el servicio que reciben los usuarios. La experiencia en la Ciudad de México ha mostrado que esta formalización mejora la calidad y seguridad del transporte público.
- Bonos de chatarrización y renovación del parque vehicular: El gobierno proporcionará bonos de chatarrización a los transportistas para retirar unidades viejas e inseguras. Estos bonos facilitarán la renovación del parque vehicular, permitiendo el acceso a unidades nuevas, seguras y eficientes, con sistema de monitoreo y recaudo electrónico, mejorando significativamente la calidad del transporte.
- Corredores de transporte público más sustentables: Se creará un sistema de corredores de transporte que ordene las más de 100,000 unidades en circulación, muchas de ellas fuera de norma y en malas condiciones. Estos corredores estarán diseñados para ser inclusivos, sustentables y seguros, buscando disminuir las brechas de desigualdad en la zona.
- Movilidad integrada y unificada: Se eliminarán las barreras entre los sistemas de transporte del Estado de México y la Ciudad de México. Este esfuerzo busca una movilidad intermodal que permita a los ciudadanos moverse de manera rápida y segura a través de la metrópoli. Iniciativas como la integración del Cetram Indios Verdes ya muestran avances, pero el objetivo es lograr un sistema metropolitano de transporte verdaderamente integrado.
Un proyecto de justicia social representa el plan de rescate para la zona oriente, el cual, se encuentra profundamente arraigado en los principios del humanismo mexicano, ya que, no solo mejora las condiciones materiales de los habitantes de la zona oriente sino que, también dignifica su calidad de vida. El derecho a vivir en una ciudad más justa, más equitativa y más humana es el principio rector de este plan. Las políticas públicas implementadas están orientadas a transformar la periferia en una zona de oportunidades, donde la justicia social sea la base sobre la cual se construyan las vidas de las futuras generaciones.
Daniel Sibaja
Secretario de Movilidad del Estado de México