La deuda pública de un país es el total de dinero que un gobierno debe a entidades externas o internas. Esta deuda se acumula cuando un gobierno gasta más dinero del que recibe en ingresos, ya sea a través de impuestos u otras fuentes de ingresos. Los gobiernos suelen contraer deudas para financiar gastos públicos como infraestructuras, servicios sociales, defensa, entre otros. La deuda pública puede ser contraída a través de emisión de bonos, préstamos de instituciones financieras o créditos internacionales. Es importante que los gobiernos gestionen su deuda pública de manera responsable para evitar problemas financieros y económicos a largo plazo.
El pasado 15 de mayo, Goldman Sachs, una de las firmas de servicios financieros más grandes y prominentes del mundo, publicó sus informes, destacando su preocupación por la deuda federal de los Estados Unidos de América del Norte. Resaltó que la perspectiva fiscal no es prometedora y que se espera que el déficit presupuestario federal alcance 1.8 billones de dólares este año.
Además, de acuerdo con Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), la deuda nacional de Estados Unidos ya ha superado 34 billones de dólares. Esto indica que la deuda de nuestro país vecino está creciendo más rápido que su economía. A pesar de que la Fed votó a favor de mantener las tasas sin cambios por cuarta reunión consecutiva, estas estrategias parecen no ser suficientes para abordar la situación.
Ahora bien, la pregunta que surge es: ¿en que afecta a México la deuda pública de los Estados Unidos? La deuda pública de nuestro socio comercial más grande puede afectar a México de varias maneras:
*Costo de financiamiento: Si la deuda estadounidense aumenta, los inversores pueden exigir tasas de interés más altas para comprar bonos del gobierno estadounidense. Esto puede aumentar los costos de endeudamiento no solo para Estados Unidos, sino también para otros países, incluido México, que también buscan financiar sus déficits presupuestarios a través de la emisión de bonos. Los mayores costos de endeudamiento podrían reducir la disponibilidad de crédito para México y aumentar su carga financiera.
*Tipo de cambio: Las políticas monetarias y fiscales en Estados Unidos pueden influir en el valor del dólar estadounidense frente a otras monedas, incluido el peso mexicano. Un dólar más fuerte puede hacer que las exportaciones mexicanas sean más caras y menos competitivas en el mercado internacional, lo que puede afectar negativamente a la economía mexicana.
*Inversión extranjera: Los inversores extranjeros, incluidos aquellos en México, pueden desviar fondos de mercados emergentes hacia activos más seguros en momentos de incertidumbre económica en Estados Unidos. Esto podría reducir los flujos de inversión hacia México y afectar negativamente su crecimiento económico.
*Comercio: Si la economía estadounidense se desacelera debido a problemas relacionados con la deuda, la demanda de productos mexicanos podría disminuir, lo que afectaría a las exportaciones mexicanas y, en última instancia, al crecimiento económico del país.
La situación de la deuda pública en Estados Unidos puede tener repercusiones significativas en la economía mexicana a través de diversos canales, lo que destaca la interconexión de las economías globales. México puede implementar varias estrategias para mitigar, reducir o incluso eliminar el impacto negativo de la deuda pública de Estados Unidos. Algunas de estas estrategias incluyen, por ejemplo:
*Diversificación de socios comerciales: México puede buscar diversificar sus relaciones comerciales y reducir su dependencia de las exportaciones a Estados Unidos. Al expandir su base de clientes a otros países y regiones, como país debemos reducir nuestra vulnerabilidad a los cambios en la economía estadounidense.
*Fomento del comercio regional: México puede y debe fortalecer sus lazos comerciales con otros países de América Latina y el Caribe, así como con países europeos y de otras regiones del mundo. Esto puede incluir la participación en acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales que faciliten el acceso a nuevos mercados y reduzcan la dependencia del comercio con Estados Unidos.
*Políticas fiscales y monetarias prudentes: El Ejecutivo federal y el Banco de México deben implementar políticas fiscales y monetarias responsables para fortalecer su posición financiera y reducir su vulnerabilidad a las fluctuaciones económicas internacionales. Esto puede incluir medidas para reducir el déficit presupuestario, controlar la inflación y fortalecer las reservas internacionales.
*Promoción de la inversión extranjera directa: México puede continuar promoviendo la inversión extranjera directa en sectores estratégicos de su economía. Al atraer inversiones de países y empresas de todo el mundo, diversificar su base económica y reducir su dependencia de la economía estadounidense será la pieza clave a futuro.
Como país, es imperativo aprender del entorno y reconocer que la deuda federal de México es un componente crucial de su salud financiera, lo que demanda una gestión prudente y responsable. Se torna esencial mantener un equilibrio entre el endeudamiento necesario para financiar proyectos de desarrollo y la capacidad de pago del país, evitando así que la deuda se convierta en una carga insostenible. Para salvaguardar la estabilidad financiera, México debe enfocarse en políticas fiscales sólidas que fomenten el crecimiento económico, incrementen los ingresos públicos y regulen el gasto, además de mejorar la transparencia y eficacia en la administración de los recursos financieros.
Académico de la Universidad del Valle de México Campus Zapopan