Históricamente, las empresas criminales que manejan el mercado de las drogas se caracterizan por su flexibilidad, los grandes traficantes de opioides han encontrado la forma de penetrar en el gusto de los consumidores con una gran variedad de productos. Los EUA enfrentan una crisis por consumo de fentanilo, que se agravó en la última década.

Los precursores químicos necesarios para su fabricación provienen de los mercados asiáticos y son introducídos a México por el CS y el CJNG por los puertos del pacífico. La DO ha establecido una gran cantidad de laboratorios para proveer el mercado norteamericano. Lo peligroso del fentanilo, es su gran poder anestésico, que puede ser ingerido, inyectado, inhalado o fumado y su costo es muy bajo. Los cárteles la introducen a EUA en forma de pastillas, y ahora también como dulces coloridos para intentar crear un mercado con los menores de edad.

La DEA ha alertado a su población respecto al “rainbow fentanyl” y se ha generado una gran preocupación entre la sociedad norteamericana. Las sobredosis por consumo de drogas provocaron más de 107 mil muertes tan solo el año pasado, precisando la CDC que el 66% de esas muertes fueron debido al fentanilo. La presión del gobierno norteamericano para que nuestras autoridades actúen evitando su producción e introducción es permanente y está en la agenda bilateral. El Estado Mexicano ha respondido con importantes arrestos, destrucción de laboratorios y decomisos históricos en el norte del País por el Ejército Mexicano y la SEMAR ha asegurado bodegas así como embarcaciones cargadas de precursores como nunca se había visto.

El País está en riesgo de que esa potente droga afecte a nuestra población y pueda ser distribuía por los grupos criminales que ahora solo utilizan el territorio nacional como lugar de paso y fabricación. Existen antecedentes de que así han operado los grupos criminales mexicanos, ejemplo de ello es cuando se dio la política norteamericana de cierre de fronteras, los cárteles nacionales dedicados al mercado de la marihuana y cocaína, introdujeron las metanfetaminas y drogas sintéticas, y empezaron a financiar su operación vendiendo parte de su producto en México, creando nuevos mercados de adictos y un gran problema de salud pública y de violencia por la disputa de las plazas. Esto puede suceder con el fentanilo, ya existen algunas noticias de su distribución en la frontera norte.

Es necesario que tomemos acciones inmediatas para prevenir y evitar lo que puede ser esa nueva epidemia; lo primero que se tiene que hacer es identificar la problemática desde dos vertientes, la de salud pública y la de crimen organizado. El problema de salud pública pudiera enfrentarse con políticas de legalización y regularización de la marihuana y la cocaína, pero estas políticas solo provocarían que la DO se expanda y busque nuevos mercados. Nuestras Fuerzas Armadas deben continuar con esa lucha, la FGR seguir desmantelando las estructuras criminales y la sociedad en general debemos cobrar conciencia de la amenaza y cuidar a nuestros hijos.

Los mexicanos debemos impedir que criminales usen nuestro territorio para llegar a los EUA. El presidente Biden para enfrentar el problema ha impulsado programas de prevención y rehabilitación, pero les falta atacar sus cadenas internas de distribución, a nosotros nos falta invertir más en prevención y rehabilitación.

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