La pandemia que vive el mundo y que nuestro país empieza a sufrir, traerá grandes cambios en lo social y en lo económico, para los que debemos estar preparados; México y el mundo no serán lo mismo después del coronavirus.
Nuestro principal reto post-pandemia será reactivar la economía. La delincuencia organizada (DO) seguirá desafiando al Estado mexicano, pero con más intensidad. Al igual que nuestras instituciones, las organizaciones criminales mutarán, se transformarán para adaptarse y proteger sus intereses. En el pasado, estos grupos delincuenciales, han mostrado más capacidad para adaptarse a los cambios que el poder público y la sociedad. Para lograr contener este problema que nos agobia, debemos adaptar las acciones y estrategias, e incluso adecuar nuestras instituciones. Independientemente de los resultados alcanzados, pretender seguir aplicando la misma política de pacificación en forma general, nos puede llevar a un agravamiento de la violencia.
Se hace necesario, distinguir tres problemáticas relacionadas pero diversas: la social y de salud pública, la de inseguridad y criminalidad, provocadas por la delincuencia común, y el fenómeno criminal de la DO. Cada una exige distinta atención y soluciones específicas.
Por las restricciones impuestas por los países del mundo, los grandes cárteles se han visto afectados, porque el mercado internacional del tráfico ilícito de estupefacientes y personas se ha restringido severamente por las fronteras cerradas y los países en estado de alerta, además algunas empresas chinas y asiáticas no han podido exportar la misma cantidad de precursores para la elaboración del fentanilo y la distribución de sus productos también se ha complicado. Los adictos en los países desarrollados compran menos, porque tienen muy poca movilidad y como consecuencia, los recursos financieros y las armas también les fluyen con dificultad. Los grupos criminales no dejarán los mercados nacionales e internacionales, defenderán lo que tienen y buscarán nuevas alternativas de negocios ilegales.
La organización civil Global Initiative Against Transnational Organized Crime, emitió el reporte “Crimen y Contagio”. Se analizan las consecuencias que tiene la pandemia en la DO. Propone algunas políticas para que se continúe el combate de las actividades ilícitas, se proteja a sus ciudadanos, particularmente a los grupos vulnerables e inclusive, se aproveche la situación adversa para debilitar a los grupos delictivos.
Las políticas propuestas requieren que los Estados dirijan sus esfuerzos ante los siguientes aspectos de la pandemia y el combate del crimen organizado: vigilar de las consecuencias sociales, económicas y de seguridad, que generen vulnerabilidades aprovechables por los grupos delincuenciales; usar la cuarentena para debilitar mercados criminales, como la extorsión; perseguir el tráfico y adquisición de medicamentos falsificados; promover la seguridad cibernética; apoyar a las organizaciones de las sociedad civil para desalentar el interés de los jóvenes de pertenecer a grupos criminales.
Se proponen políticas en el actuar gubernamental en un contexto de Estado de Derecho; proteger a grupos vulnerables que no tienen acceso servicios de salud; procurar que la actividad policiaca sea profesional logrando así, la confianza de la sociedad lo que disminuiría el poder de los grupos criminales; creación de programas que incentiven a las autoridades fronterizas a cumplir con su deber y se garantice el movimiento seguro de personas y mercancías; el diseño de políticas públicas unificadas a fin de generar la legitimidad del estado, evitando negociaciones con grupos criminales que buscan tomar el control durante la cuarentena; ofrecer asistencia continua mediante cooperación internacional a países con grandes grupos de personas vulnerables.
Conscientes de estas mutaciones delincuenciales, tenemos la oportunidad de combatir el entorno criminal y sus efectos en la violencia y las adicciones mediante la implementación de las políticas públicas propuestas. No desaprovechemos el momento; reitero, es único e irrepetible, tenemos la capacidad y experiencia para hacerlo.
Exconsejero de la Judicatura Federal
