El pasado 27 de enero tuve el gran honor de acompañar a Xiomara Castro en su toma de posesión como presidenta de Honduras , la primera mujer en ocupar ese cargo y la única jefa de Estado en funciones en América Latina . Los hondureños cansados del mal gobierno y la corrupción , depositaron su confianza en Xiomara Castro, quien se convirtió en Presidenta con más de 1,700,000 votos y tras 12 años de lucha incansable.
Conozco a Xiomara Castro desde hace tres años, cuando coincidimos en el marco del organismo de mujeres de la COPPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe), que ella presidía y donde yo la acompañaba como vicepresidenta. Mientras ella avanzaba en su carrera política, cumplía con un programa de trabajo para las mujeres de América Latina. Con el paso de los años, una reunión de zoom tras otra, nos volvimos cercanas.
Luchadora social desde joven, madre de cinco hijos, licenciada en Administración de Empresas, exprimera Dama de Honduras y candidata a la presidencia por segunda ocasión destaca por su carácter fuerte, determinante, disciplinada y siempre solidaria y sorora con las mujeres, independientemente del partido al que pertenezcamos. Al paso de los años, mi amistad y cariño se fortaleció con ella y el día de la elección sentía mariposas en el estómago de ver cómo su sueño se hacía realidad.
Llegué al estadio Nacional para encontrarme con casi 40 mil espectadores entusiasmados por el triunfo: hombres y mujeres alzando las banderas color turquesa que sustituyen al tradicional azul de su bandera y mandan un poderoso mensaje de cambio. Un pueblo con hambre de cambio, con ganas de un gobierno honesto y regresar la seguridad y estabilidad económica a Honduras.
Entre las personalidades que acompañaron a Xiomara Castro en este evento estuvieron el Rey de España, Felipe VI , el expresidente de Paraguay, Fernando Lugo, por parte de México, el presidente de la COPPAL y de mi partido, Alejandro Moreno, el canciller Marcelo Ebrard y su esposa Rosy, de nacionalidad hondureña. No podían faltar mujeres destacadas de la política en el continente como Dilma Rousseff , quien fue siempre solidaria con la familia Castro y Zelaya ante la persecución política que enfrentaron en 2010, y la vicepresidenta Kamala Harris.
El evento duró tres horas y el discurso de la Presidenta se centró en el cambio social que los hondureños deben ver en los próximos días: prometió bajar el costo de la luz, consultas públicas, plebiscitos e hizo hincapié en un gobierno democrático para la gente. Su compromiso: no fallar a los hondureños y hacer un cambio verdadero en el país.
Al término de la toma de posesión, Xiomara Castro se trasladó a la casa presidencial donde recibió personalmente a cada uno de sus invitados especiales con una paciencia, sencillez y energía impresionantes. Al llegar mi turno, la vi sonriente y brillante con la Banda presidencial cruzada al pecho. Mi mensaje se centró en agradecerle por inspirarnos a millones de mujeres. Me abrazó con mucha calidez y dijo “la lucha, perseverancia y resistencia y no olvidemos que de una mujer”. Quienes estábamos con ella en ese momento sentimos como se nos enchinaba la piel.
Me contaba Doña Hortencia, mamá del expresidente Mel Celaya , la resistencia que vivieron como familia y cómo ella adoptó a Xiomara como otra de sus hijas. Compartió conmigo una frase de su abuelo que trasmitió en todo momento a Mel y a Xiomara y que ha sido parte fundamental de su formación: “nunca te des por vencida, aunque estés vencida”. Efectivamente, después de años de lucha, de vivir episodios muy complejos, y convertirse en la cabeza de la lucha y resistencia ante un Gobierno que amenazaba con exterminarlos, hoy 2022 Honduras tiene mucha Presidenta.