Este domingo de resurrección votaremos por capricho de Morena la controvertida iniciativa de reforma eléctrica que el Titular del Ejecutivo presentó al Congreso en septiembre, y que Morena quiere aprobar con urgencia pero no tiene los 54 votos. Luego de que este lunes, 11 de abril, las comisiones de Puntos Constitucionales y Energía aprobaron en lo general y en lo particular el dictamen de reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución —con 47 votos a favor y 37 en contra—, Morena decidió cambiar arbitrariamente la votación en pleno para el próximo domingo 17 de abril, pues corroboró que los legisladores de oposición estamos listos para frenar esta iniciativa que vulnera los intereses nacionales y atenta contra el bienestar de todos los mexicanos y va en contra de las energías limpias. En el grupo parlamentario del PRI nos oponemos decididamente a esta iniciativa que nos condena a regresar al pasado porque inhibe la competencia, crea un monopolio de facto, y nos atrasa en materia de transición energética y cambio climático.

Como Diputada Federal e integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales me he dado a la tarea de estudiar a cabalidad las implicaciones de esta iniciativa que Morena impulsa de forma obstinada, pero sobre todo irresponsable, por desestimar los costos que tendrá en el corto, mediano y largo plazo para las familias mexicanas y para el desarrollo del país. Tras analizar las implicaciones de este polémico proyecto he concluido los siguientes puntos sobre por qué nos oponemos:

1. La reforma busca crear un monopolio público y cerrar el mercado, lo que cancelará la competencia y subirá el precio de la luz y bajará la calidad en la industria eléctrica . Todos pagaremos más de luz. Será CFE quien controle todas las actividades de transmisión de electricidad. Impone una participación mínima de la CFE en el mercado del 54%, al tiempo que establece un tope a la para los particulares del 46%. Esto constituye un claro foco rojo porque permitiría que, eventualmente, el Estado genere hasta el 100% de la electricidad del país, al tiempo que obstaculiza deliberadamente a la competencia.

2. Implicará mayores costos para los consumidores. El costo de la reforma se calcula en más de 60,000 millones de pesos adicionales de forma anual en generación. Esto se traducirá en el bolsillo de todos los mexicanos, de por sí ya lastimado por una inflación de casi el 8% en el último año, una pandemia y un precario acceso a la salud. Todos pagaremos más de luz.

3. Hoy en día, la CFE no es capaz de satisfacer el total de la demanda en el país . Es una empresa altamente ineficiente que se encuentra en números rojos en materia financiera —en buena medida por una irresponsable renegociación de las condiciones de jubilación en 2020—, y que no ha podido ampliar ni modernizar la red eléctrica. Prueba de esto son los apagones en varios lugares del país. En otras palabras, la capacidad instalada no sobra, sino que apenas es suficiente.

4. Incumple tratados internacionales de los que México forma parte como el T ratado de Libre Comercio entre México, EE. UU. y Canadá (T-MEC) y el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUEM), e implicará una expropiación de facto de decenas de miles de millones de dólares de inversión privada, poniendo en riesgo la credibilidad de México como socio comercial.

5. México queda atrás en materia de reducción de emisiones y cambio climático pues implica que las plantas más modernas, limpias y eficientes del sector privado dejen de operar. Se eliminan certificados de energías limpias, instrumento diseñado para incentivar la construcción de nueva infraestructura de generación mediante fuentes renovables y condición indispensable para que México avance en materia de transición energética.

La reforma eléctrica de Morena ha generado polarización en la opinión pública. No se trata de un tema de soberanía, como argumenta el partido del Gobierno, sino de proteger el interés nacional, y garantizar el desarrollo, crecimiento y bienestar de México y los mexicanos. Hasta ahora estamos citados para el domingo 17 de abril pero Morena esta pensando si pide más tiempo para seguir ganando votos. La mayoría calificada partiendo que 500 diputados estarán presentes (lo cual no ha sucedido ni en la sesión constitutiva) son 334 para aprobar la Reforma Constitucional. Morena tiene 279 Diputados sumando PT y PVEM, les hacen falta 54 votos para lograr la aprobación . Y si solo asistieran 480 legisladores, aun requerirían 41 diputados que se sumen a su proyecto y ya no hay de donde. El PRI ha sido contundente en ir en contra al igual que PAN, PRD y MC. Morena no tiene los votos para aprobar esta Reforma. ¿La pospondrán o aceptarán la derrota? Sería la primera Reforma constitucional que pierde Morena en esta LXV Legislatura.

Diputada federal

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