Luego de tres años desde el inicio de la pandemia por Covid-19 seguimos siguiendo sus efectos, esta vez en nuestros bolsillos. Por todo el mundo la recuperación económica tras el período más álgido de la pandemia desató la mayor ola inflacionaria en décadas y, para enfrentarla, los bancos centrales comenzaron a elevar las tasas de interés. Nuestro país no ha sido la excepción pues la inflación casi ha alcanzado los dos dígitos, afectando a todos los sectores de la población. Más aún, luego de que a inicios de este año la Reserva Federal de los Estados Unidos aumentó las tasas de interés, el Banco de México hizo lo propio al incrementar las tasas de interés hasta el 9.25%, lo que ha avivado más el fenómeno de la inflación. Según el INEGI, al mes de septiembre, el aumento generalizado de precios fue de 8.76%. Este porcentaje representa el alza más alta en los últimos 22 años.

El aumento de precios de los productos de la canasta básica es alarmante porque nos afecta a todos, pero en especial a las jefas de familia con menores ingresos, como ocurre en la alcaldía Cuauhtémoc que orgullosamente represento en la Ciudad de México. Sin temor a equivocarme, puedo decir que, en los últimos meses, los mexicanos hemos resentido la pérdida del poder adquisitivo de nuestras familias. Según estimaciones de la Secretaría de Hacienda, el precio máximo de la canasta básica es de 1,129 pesos. El kilo del precio de la tortilla, alimento base para todos los mexicanos, es uno de los indicadores más claros de esto. Hoy rebasa los 20 pesos. De hecho, en lo que va de 2022 registra un aumento de un 11%, es decir, un porcentaje mayor a la inflación generalizada. Otros productos que han aumentado son el pan de caja (de 34.15 a 43.10 pesos), el huevo (de 36 a 43 pesos), el pollo entero (de 104 a 129 pesos), el jitomate (de 22.60 a 34.50), el gas LP de 30 kilogramos (de 548 a 754 pesos), y muchos más.

Todo esto tiene un impacto muy sensible, principalmente en el 70% de la población que hoy vive con al menos cuatro salarios mínimos. Si ponemos atención al detalle, una mirada al índice nacional de precios al consumidor muestra que las subidas más drásticas de precios se concentran en los alimentos frescos. Además del golpe a nuestros bolsillos, esto implica una afectación a la salud porque entre las personas de menos ingresos se come para lo que alcanza. Así, se está abandonando el hábito de cocinar en casa con alimentos frescos y más caros, en favor de opciones de alimentación más baratas y, por lo general, menos saludables. Se trata de un verdadero foco rojo en un país como el nuestro en el que enfermedades como la diabetes y la hipertensión están a la orden del día.

Sin duda, la inflación es un fenómeno global que responde a distintos factores entre los que se encuentran la guerra entre Rusia y Ucrania, el incremento en los precios de los energéticos y la interrupción de las cadenas de suministro de valor. Para enfrentarla, es indispensable que los individuos hagamos el ejercicio de elaborar presupuestos en los que se establezca lo que se debe, los gastos fijos y el dinero que se tiene a disposición. Sin embargo, los ciudadanos no podemos solos. Es responsabilidad de cada gobierno de responder a este fenómeno de la mejor manera posible dadas las características de sus poblaciones y las capacidades de cada Estado. En el caso de nuestro país, creo que el Acuerdo de Apertura contra la Inflación y la Carestía (Pacic) anunciado por este gobierno ha sido claramente insuficiente, como lo prueba el hecho de que la escalada de precios en alimentos continúa.

Nos esperan tiempos difíciles. En 2022 el país terminará con una tasa de interés de 10.2% una inflación de 8.48% y un crecimiento económico de apenas el 2%. No sólo eso, el Banco de México ha señalado que el control de la inflación se logrará hasta 2024. El pronóstico no es alentador y por esto es necesario que todos seamos prudentes con nuestras finanzas, que recortemos los llamados gastos hormigas, y posterguemos todos aquellos gastos que no son indispensables. Al final, entender el significado y las consecuencias de la inflación, nos ayudará a tomar mejores decisiones. En la Cámara de Diputados daremos la batalla para que durante la discusión del paquete económico 2023 implementemos medidas para apoyar a las jefas de familia de México a combatir la inflación. Resta ver si la respuesta del gobierno está a la altura de las circunstancias.

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