Todos hemos cruzado puentes en nuestras vidas. Nos permiten movernos y conectarnos de un lugar a otro. Pero, ¿qué sucede cuando cruzar un puente es peligroso?

Por Ambar Reyes

A medida que nos acercamos a la esquina de la calle 125 y la primera avenida en la ciudad de Nueva York, podemos ver una manta que dice: “Estamos en guardia para proteger a nuestros compañeros repartidores.” Debajo de un paso a desnivel, un grupo de repartidores de comida que se autodenominan delivreros. En su mayoría de Guerrero, México, se reúnen todas las noches. ¿Cruzando la calle? Se encuentra la entrada al puente Willis que conecta Manhattan con el Bronx.

Cuando cruzar un puente es peligroso
Cuando cruzar un puente es peligroso

La ciudad de Nueva York estima que hay 65,000 trabajadores de entrega de comida.1 Las políticas del gobierno impuestas durante la pandemia en 2020 catapultaron la demanda de servicios de comida a domicilio. En un informe publicado por la Universidad de Cornell y el Workers Justice Project, se señala que los latinoamericanos representan casi el 50 por ciento de los trabajadores de entrega de alimentos en la ciudad de Nueva York.2 En las calles, las luces de sus bicicletas manifiestan su presencia. Con coloridos forros y banderas mexicanas en sus bicicletas eléctricas y bocinas tocando canciones en español, los repartidores de comida latinoamericanos han ocupado un espacio visible en las calles de la ciudad.

Cuando cruzar un puente es peligroso
Cuando cruzar un puente es peligroso

Cuando cruzar un puente es peligroso, ¿cómo lo hacen las personas? Los delivreros han encontrado una manera de protegerse cruzando en grupo. Cansados de la violencia que experimentan en las calles, por ejemplo el ser asaltados al cruzar el puente, en 2022 se organizaron y establecieron guardias comunitarias para proteger a los compañeros que pasan por zonas de alto riesgo como el puente Willis. Se hacen llamar auxiliares comunitarios, y su trabajo es totalmente voluntario. Los repartidores han encontrado protección en los números, han encontrado poder en el colectivo.

Pero, ¿cómo llegaron a Nueva York? Este grupo de delivreros son parte de los casi 25.4 millones3 de migrantes que cada año se trasladan de las comunidades rurales latinoamericanas a EUA. La migración mueve ideas, memorias, conocimiento, historias y formas de organización. Por lo tanto, no solo existen puentes físicos, sino también simbólicos. Lo que observamos en el Willis asemeja lo que sucede en México. ¿Los auxiliares comunitarios en Nueva York? Son reminiscencias de una larga historia de prácticas de autoorganización, que han migrado junto con los delivreros.

A 4,500 kilómetros de la ciudad de Nueva York, la comunidad Me'phaa en Guerrero ha desarrollado su propia forma de organizarse y velar por el bienestar de su pueblo. “Desde pequeños en nuestras comunidades veíamos cómo las personas servían a la comunidad, creo que eso fue lo que nos llevó a brindar servicio voluntario aquí.” Me cuenta Abraham García4, uno de los miembros fundadores de las guardias. Por lo tanto, las guardias comunitarias y las formas de organización de los repartidores en Nueva York son testimonio de una historia más compleja sobre la búsqueda de autonomía de las comunidades indígenas en México.

Cuando cruzar un puente es peligroso
Cuando cruzar un puente es peligroso

La razón que lleva a una comunidad a organizarse no surge de la noche a la mañana. La indiferencia del Estado y la inseguridad ha acabado con la tolerancia de los delivreros. “Nosotros tenemos que hacerlo, porque si no lo hacemos, nadie más lo hará. Solo el pueblo, salva al pueblo.” Esto es lo que escucho cada noche que estoy con ellos, este es un recordatorio para continuar organizándose entre la comunidad. Para los repartidores, el gobierno no resolverá el problema a corto plazo; mientras tanto, para la comunidad de repartidores, las prácticas colectivas de autoorganización, han dado resultados. “El coraje es lo que nos está dando la fuerza para continuar. Llevamos aquí muchas horas y no nos vamos a cansar, porque ya estamos cansados, pero de la injusticia,” me comparte Abraham.

Todos hemos cruzado puentes en nuestras vidas.

Ambar es investigadora social. Recientemente terminó su programa de posgrado en el Departamento de Estudios de Medios Comparativos en el MIT. Su investigación gira en torno a cuestiones de trabajo, migración, medios y plataformas. Actualmente, está investigando la formación de redes solidarias a través de plataformas digitales de repartidores de comida en NYC.

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