El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su último paquete de reformas constitucionales, dentro de las cuales ha generado amplía polémica la relativa al sistema de pensiones o AFORE. Esta reforma busca generar cambios profundos en el sistema pensionario mexicano, que durante décadas ha sido criticado por sus deficiencias.

Esta polémica no es para menos, pues las pensiones son un tema muy complejo, pues existen amplios intereses encontrados. Por eso la reforma del presidente suscitó amplia polémica, por un lado con medios tendenciosos que señalaban que el presidente quería robarse el recurso del fondo y por otro, personas señalando que es el mejor programa de retiro que ha tenido nuestro país, pues propone que los adultos mayores se retiren con el 100% de su último salario. ¿Cual es la verdad?

Para comprender la verdadera naturaleza de esta reforma, es crucial considerar el contexto. En nuestro país existen dos sistemas de pensiones, el de antes de 1997 y el de después de este año. La diferencia entre estos dos sistemas radica en el enfoque que tenían. El anterior al 97 era un fondo de reparto, es decir, se les brindaba a todos los trabajadores un retiro prácticamente igual, independientemente del cargo que hubieran tenido.

En cambio el que se creó con Zedillo a principios del nuevo milenio privilegiaba más al individualismo con un claro enfoque neoliberal, pues se concedía a cada trabajador una bolsa de retiro que dependía de lo que ellos hubieran ahorrado durante su vida, permitiendo que la banca privada fuera la encargada de administrar estos recursos. El problema de este enfoque pensionario es que es efectivo pero si los trabajadores tienen un buen sueldo, lógicamente es imposible para alguien que vive al día mantener un ahorro estable.

La reforma que propone el presidente busca incorporar lo mejor de estos dos sistemas, por un lado brindar un piso desde el cual todas las personas tengan acceso a una pensión universal que les permita vivir con dignidad y bienestar, pero que a su vez premie a aquellos que durante su vida laboral ahorraron para su retiro.

Esta reforma se distingue principalmente por su enfoque en la protección y la inclusión, especialmente a través de las modalidades 10 y 34. En estas modalidades, se abre la posibilidad para que sectores históricamente desatendidos, como los artistas y los trabajadores del hogar, puedan acceder a una pensión por primera vez, asegurando así un retiro digno para aquellos que anteriormente carecían de esa seguridad financiera.

Esta medida no solo busca corregir una injusticia histórica, sino también reconocer y valorar las contribuciones de estos grupos a la sociedad, brindándoles el apoyo y la protección que merecen en su etapa de jubilación.

De esta manera, la reforma no solo busca mejorar el sistema de pensiones en términos generales, sino también promover la igualdad de oportunidades y el bienestar social para todos los ciudadanos, sin importar su ocupación o situación laboral.

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