La semana pasada, el frente opositor, conformado por los partidos hegemónicos de nuestro país (PRI, PAN y PRD), presentó sus candidaturas plurinominales, un suceso que nos lleva a cuestionar seriamente la calidad política en nuestro país.

Los candidatos de representación proporcional o "pluris" son designados por los partidos en función de los votos obtenidos en la elección. Aunque inicialmente pueda parecer que no son elegidos a través de un proceso democrático directo, su función es vital para garantizar una representación plural en los congresos, incluso pueden servir hasta como una suerte de contrapeso a la ferviente voluntad popular, pues es en estos espacios donde se pueden poner a los perfiles con más experiencia y más conocimiento legislativo (cosa que no siempre pasa con el voto en urnas).

No obstante, los candidatos presentados por el frente opositor son lamentables y reflejan la fuerte decadencia en un sector importante de la política de nuestro país. ¿Quiénes son estos candidatos? Pues en resumidas cuentas, los mismos de siempre; los dirigentes de los partidos, los amigos de los dirigentes de los partidos y muchos ex gobernadores.

Esta selección es una afrenta a quienes trabajan incansablemente por un espacio en estos partidos, constituye un atentado contra el relevo generacional y, sobre todo, perjudica a los jóvenes que tienen las capacidades y el esfuerzo para ocupar cargos de decisión. Es evidente que nuestro país necesita ideas frescas y nuevas dinámicas en el servicio público, no la repetición de los mismos rostros en los mismos cargos.

Incluso, me atrevo a decir que esta decisión sería más aceptable si los candidatos plurinominales, a pesar de ocupar constantemente cargos políticos, fueran servidores públicos intachables con una calidad reconocida y comprobable. Sin embargo, para ilustrar el punto, solo tres plurinominales (Alito Moreno, Cabeza de Vaca y Jorge Romero) acumulan más de 9 investigaciones federales por tráfico de influencias, desvío de fondos federales, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y fraude fiscal.

La oposición en cualquier país, tiene un papel fundamental, sirve como contrapeso ideológico y de actuar al partido en el gobierno y en muchas situaciones contribuye a tener visiones más enriquecedoras de una política pública o de una reforma legislativa. Por eso, es verdaderamente doloroso ver que en nuestro país se sigan recurriendo a estas prácticas que tanto dañaron nuestra democracia y contra las que peleamos durante décadas. Es lamentable ver a una oposición tan debilitada.

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