Resulta llamativo lo que Alonso Escalante, director de Ópera de Bellas Artes, dijera de Florencia en el Amazonas en días recientes: “La presentaremos por primera ocasión de manera escenificada” fueron sus palabras exactas. Resulta llamativo este comentario por parte de alguien tan informado como Escalante, en los primeros minutos de la rueda de prensa sobre el regreso de una de las mejores obras de Catán. Hay que recordar que en 1999 se estrenó en versión concierto en el Palacio de Bellas Artes y que, en su momento, hubo críticos que señalaron que la presentación no estuvo a la altura de la obra de Catán por una serie de errores de los que se señaló como responsable a Gerardo Kleinburg, quien estaba al frente de la Ópera de Bellas Artes. Muchos años después, en 2016, hubo otra presentación, ahora sí con escenografía, que hizo la Orquesta Sinfónica Mexiquense, bajo la dirección de Rodrigo Macías y María Katzarava, como intérprete principal, en el Teatro de las Artes del Cenart. Una presentación que quienes recuerdan dicen que tuvo más nivel. Nunca sabremos si lo de Escalante fue un descuido o una omisión deliberada, ¿será que, seguramente ya corregido sobre su omisión, sintió que si recordaba este dato haría énfasis en el tropezón aquel de hace 24 años?
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Zupo, el consentido de Beatriz Aldaco
Nos cuentan que Beatriz Aldaco, titular del Instituto Sonorense de Cultura, defiende a capa y espada a Renato Zupo, director de la Banda Sinfónica de Sonora, a pesar de que un grupo de músicos con los que ha trabajado, firmó una carta donde denuncian que Zupo no está capacitado para ser director de una agrupación. Nos cuentan, que los firmantes acusan que Zupo no conoce el lenguaje musical y no sabe, por ejemplo, nombrar las técnicas de la sección de cuerdas. Los músicos se sienten cansados de ser dirigidos por alguien que toma el oficio con seriedad y aún tienen fresco el desastre del concierto del Teatro de la Ciudad de Hermosillo para celebrar las fiestas patrias, donde Zupo ocupó el lugar de Héctor Acosta, director titular de la Filarmónica de Sonora (OFS), y destrozó la Sinfonía india, de Carlos Chávez. Hay rumores fuertes de que Aldaco quiere que Zupo quede al frente de la OFS para ver una cara consentida en lugar de la de Acosta, con quien —le hemos contado aquí— tiene conflicto añejo. Pareciera que en Sonora el morenismo está dispuesto a sacrificar a los artistas de casa, a futuros invitados internacionales y la misma música sólo para cumplir caprichos personales.
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