El lunes asistimos a la apertura de las salas etnográficas faltantes del Museo Nacional de Antropología, un evento marcado por la asistencia de los líderes de la Cuarta Transformación, como la presidenta Claudia Sheinbaum; la jefa de gobierno de la CDMX, Clara Brugada; el secretario de Educación Pública, Mario Delgado; el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Treviño, y el secretario de Marina, Raymundo Morales. Por supuesto, no faltó la titular de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, ni el director del INAH, Diego Prieto, quienes se tomaron fotos con representantes de comunidades indígenas. Por ahí también se asomó la exsecretaria Alejandra Frausto, quien se tomó un par de fotos con la Presidenta. De acuerdo con Curiel de Icaza, el discurso curatorial de estas tres salas se enlaza con los valores del gobierno de reconocer y dignificar a las comunidades originarias, y Sheinbaum adelantó que se trabaja para que entidades como el Fonart y el Museo de Culturas Populares, así como las que trabajan con comunidades indígenas sean parte de una sola coordinación de la Secretaría de Cultura, una nueva promesa que se agrega a las ya planteadas. Pero más allá del discurso, nos llevamos la sorpresa de que las nuevas salas se abrieron incompletas, faltan cédulas y mapas. De nuevo se prioriza la foto y el evento de relumbrón.
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Caos en jornada de propuestas por la Cultura
Algo desordenada y caótica fue la primera jornada de las reuniones de consulta convocadas por la Secretaría de Cultura federal destinadas a escuchar propuestas de la comunidad cultural y en este caso promotores, editores y gestores dedicados al fomento a la lectura. La dinámica fue híbrida, pero muchos, muchos se anotaron y ni llegaron ni se enlazaron. La transmisión se cayó, los enlaces eran malos y los que estaban muy listos para entrar nomás nadie los incorporaba o tardaban minutos o varias rondas en verlos. Cómo nadie se ocupó en confirmar la asistencia de los presentes o conectados, los moderadores y relatores, Rodrigo Borja, director de la Red Nacional de Bibliotecas, y José Mariano Leyva, director de las Bibliotecas Vasconcelos, repetían su lista de nombres que nunca aparecieron. Pero, bueno, esos fueron errores tecnológicos, lo que en realidad importa es si tomarán en cuenta las pocas propuestas que algunos plantearon o si considerarán las muchas experiencias que muchos compartieron.
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