Nos cuentan que ya se busca a regañadientes una alternativa para financiar al Gran Telescopio Milimétrico (GTM), que para el 31 de agosto se queda sin fondos. El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) propone abrir una convocatoria del programa F003 y así conseguir dinero por un tiempo, aunque no se aclara hasta cuándo rendiría esa suma. De conseguirlo, aun así tendría sus complicaciones, pues de ese presupuesto sólo se puede usar 30% para pagar servicios externos, cuando el 50% o 60% de servicios del GTM son externos. Todo esto se discutió en una reunión con el director general del INAOE, a quien, nos dicen, sí se le hizo saber con molestia que de no haber sido por la presión, no se habrían buscado soluciones. De momento, el Gran Telescopio Milimétrico no puede cantar victoria, pues nos cuentan que sólo fue un encuentro verbal y que no hay nada por escrito que respalde lo dicho. ¿Sobre el futuro? Conahcyt recomendó a los investigadores que busquen a los equipos de transición y pedir financiamiento. Por su respuesta, nos queda claro que María Elena Álvarez-Buylla busca quitarse de problemas y dejárselos a los que siguen.
Al INBAL no le quedan bien ni sus carteles
Desde hace unos días, el cartel del Réquiem de Verdi que interpretará la Ópera de Bellas Artes en mayo ha dado mucho de qué hablar entre músicos y cantantes. Y es que varios artistas casi escupen el corazón porque desde que se lanzó el cartel de Juana de Arco parece que hay una competencia para ver cuál diseño es el más feo. Para quienes piensen lo contrario, esto no es fruto de la casualidad. Nos cuentan que Mireille Bartilotti, titular de la Coordinación Nacional de Música y Ópera, le pasó la chamba de diseñar los carteles a un cercano suyo. ¿Será? Alguien que ha visto de cerca este caso nos dice que lo peor de todo no es que sean carteles feos, sino que hay alguien cobrando por hacerlos.
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