Aunque una labor muy importante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es la divulgación y la investigación del patrimonio cultural de México, la institución se ha empeñado, al menos en los últimos cinco años, en precarizar sus escuelas, recortándoles presupuestos y abandonándolas. Así se lo contamos en el reportaje “ENAH, una escuela en ruinas ignorada por el INAH”. Ahí dimos cuenta del deterioro que enfrenta la Escuela Nacional de Antropología e Historia, pilar en la enseñanza de la arqueología e historia en México. No quisimos sólo reportarle lo que vimos: profesores y alumnos, con miedo a ser castigados, nos dijeron que sí, en efecto, la ENAH cada vez recibe menos presupuesto, menos alumnos y menos profesores. La dirección del INAH calificó de falso y tendencioso el reportaje y afirmó más de una vez que todos los problemas señalados ya estaban siendo atendidos. Entonces, hicimos lo propio y solicitamos al INAH, vía transparencia, la información completa sobre los presupuestos asignados de 2014 a 2023. Y, oh sorpresa, comprobamos lo que todos señalaron durante años, que a las escuelas del INAH les han escatimado recursos para operar. ¿Cuál es la justificación para tal decisión? Estamos pendientes de las respuestas del INAH y su titular, Diego Prieto, quien hace unas semanas afirmó que, sí puede, volverá en octubre a dar clases a la ENAH. ¿Volverá a la escuela a la que tanto le negó recursos parar operar? No lo sabemos, pero sí queda claro que su mega presupuesto para 2024 —más de 8 mil mdp—, se va al Tren Maya, que al parecer seguirá siendo un gran proyecto del segundo piso de la 4T. ¿Y la educación? Es claro que no está en las prioridades de la dirección del INAH.
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