A una semana de que se inaugure la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, flotan en el aire varias preguntas relacionadas con el alto costo que significa para las editoriales participar. Si el metro cuadrado de la FIL Minería cuesta 11 mil 250 pesos —como señaló el año pasado el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II— representa ingresos, por venta de stands, superiores a los 5 millones 600 mil pesos, de un espacio que no les cuesta nada a los organizadores pues pertenece a la Facultad de Ingeniería de la UNAM, como señaló el propio director de la feria, Fernando Macotela, quien aseguró: “estamos en el Palacio de Ingeniería, nosotros no pagamos un centro de exposiciones o algo así, sino que aquí están nuestras oficinas, pagamos nuestros teléfonos, pagamos nuestros sueldos con los ingresos”. Lo cual lleva a preguntarse, ¿la mayor parte de las ganancias se van en sueldos?, ¿cuántas personas conforman el equipo?, ¿a cuánto ascienden honorarios?, ¿son contratos por todo el año para organizar una feria que dura doce días?, ¿cuál es la inversión en montaje? Quizá lo que hace falta entonces son cuentas claras para sacar a la feria de los números rojos.
El cuestionado gran Premio de Zona Maco
La celebración de la feria de arte Zona Maco, por su 20 aniversario y por otorgar el mayor premio que ha dado una feria de arte en la historia, se vio manchada por la polémica forma en que los ganadores trataron de asegurar su triunfo. El artista danés Jacob Gils y la galería In the Gallery ofrecían la posibilidad de llevarse una jugosa cantidad de dinero si el público les daba su voto... La treta no estaba explícitamente prohibida en los términos y condiciones del premio, establecidos por la fundación Erarta, que entrega los 100 mil dólares en colaboración con la feria. Si bien puede tratarse de una situación no prevista, los felices ganadores sintieron presión y eliminaron la publicación en la que anunciaban el pago por los votos, con el argumento de que habían sido hackeados... El que nada debe, nada teme.
Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com