El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) se puso de manteles largos hace unos días con el anuncio de la presentación de la ópera Giovanna D’ Arco, de Giuseppe Verdi, bajo la interpretación de dos grandes artistas: el tenor Ramón Vargas y la soprano Karen Gardeazabal. Es una ópera, informaron, cuyo último montaje en México fue en 1857 y esta nueva presentación, que será los días 11, 13 y 15 de febrero, forma parte de la celebración por los 90 años del Palacio de Bellas Artes y los 10 del Estudio de Ópera de Bellas Artes (EOBA). Hasta aquí todo parecería una gran noticia, pero ya empezaron las quejas al interior del EOBA, nos cuentan que María Katzarava, directora de la Compañía Nacional de Ópera (CNO), impuso al director concertador Felix Krieger, quien forma parte del equipo de The Nu Ópera, agencia para la que Katzarava no es ninguna desconocida y cuya directora es Ingrid Novoa, quien también, cuentan, es cercana a la titular de la CNO. También nos informan que, además, los cantantes invitados a la temporada de ópera son parte de dicha agencia. Hay quien afirma que la directora del INBAL, Lucina Jiménez, le permite a Katzarava darle chamba a sus personas cercanas y ha llegado a tal punto que ya hasta hay un meme en el que dicen que la cantante es, en realidad, “la mano que mece la cuna”. Los Concertistas y Grupos Artísticos no saben qué hacer porque, en puerta, están las audiciones para barítonos, chelistas, pianistas y demás ejecutantes, sospechan y temen que no se aplicará el mejor criterio a la hora de elegirlos.
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