Se acerca el fin del sexenio y desde hace tiempo se vislumbraba que dejaría su cargo como directora de Conahcyt con el título de “persona non grata” para la comunidad científica, pero lo que no se esperaba era el desdén presidencial a uno de sus proyectos más importantes de su gestión: el cambio del glifosato por alternativas. La directora dedio la última batalla y defendió en conferencia de prensa que un comunicado de prensa de la secretaría de Economía junto a otras dependencias no podía cancelar el decreto presidencial de la prohibición del glifosato. Pero el lunes por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó la cancelación del decreto porque Conahcyt no ha terminado su investigación que demuestra que sí hay alternativas viables de bioherbicidas que permitan prohibir el glifosato. Esa fue una realidad completamente distinta a la que presentó Álvarez-Buylla en su conferencia de la semana donde aseguró que hay alternativas y donde incluso mostró un documento para evidenciar que un bioherbicida ya cuenta con aprobación de Senasica y que sólo falta la aprobación de Cofepris. Incluso en la red X, Conahcyt publicó el domingo que sí hay alternativas al glifosato y que “ha coordinado el desarrollo, en alianza con empresas nacionales, 3 bioherbicidas nuevos con eficacia probada de > 90% en 1000 unidades experimentales en 18 estados”. ¿Quién dice la verdad, el presidente o Conahcyt? Aunque la directora del Conahcyt tenga razón, ya sabemos que para el Presidente fue más importante no desafiar a los votantes del campo mexicano a unas semanas de las elecciones que dar la razón a Álvarez-Buylla. La derrota de Álvarez-Buylla ante las decisiones por clientelismo electoral.

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