A la naciente Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) le ha tocado nacer con el día 1 del 2025 y aunque podría aplicársele la sentencia de “Año nuevo, vida nueva”, la realidad es que la nueva secretaría, que inició funciones el pasado miércoles con la misión de articular, coordinar y ejercer la rectoría del Estado mexicano en el sector de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación (HCTI), comienza el año con un primer tropiezo, que en realidad muchos consideran un enorme lastre: el retraso en la dispersión de pagos a personas becarias de posgrado nacional y en el extranjero, por el cambio administrativo. Resulta que justo el último día del año, a punto de la celebración del Año Nuevo, el que hasta ese 31 de diciembre era el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) emitió un aviso informativo en el que avisaba a los becarios que “debido a la transición de la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, así como a los calendarios emitidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el apoyo económico correspondiente a enero de 2025 se depositará a partir del 17 del mismo mes”. Y más allá de eso, sólo lamentaban los “inconvenientes” que pudieran causar. Claro que ese “regalo” de fin de año ha causado inconvenientes. Los afectados comenzaron a cuestionar la realidad, que les parece indignante el anuncio justo en el último día del 2024 y sin previo aviso. Hubo también quien cuestionó el fondo y las directrices que tendrá la nueva secretaría, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 28 de diciembre —por cierto, Día de los Santos Inocentes— con base en el Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. En particular critican que la nueva Secretaría sueña con hacer de México una potencia en ciencia e innovación y sobre todo que pondrá “el conocimiento y la tecnología al servicio de la nación”. Eso sin perder el espíritu humanista que, nos cuentan, prevalecerá en esta nueva época de la política científica en México, cuya primera secretaria es la doctora Rosaura Ruiz.
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