Hace unos días, el trombonista Faustino Díaz publicó en su cuenta de Facebook un mensaje que causó gran revuelo: "Ahora resulta que yo tengo la culpa que su orquesta suene bien kulero o que varios de ustedes ya no puedan tocar ni una nota en su instrumento".
Aunque no pone nombres en su post, nos cuentan que Díaz dirige su mensaje a los artistas de la Sinfónica Nacional. La razón es simple: Julio Díaz Infante, coordinador de música del INBAL buscó a Rodrigo Macías, de la Sinfónica del Estado de México (OSEM) para que le permitiera que Díaz, músico reconocido en su instrumento, participara en un homenaje a Víctor Rasgado con la Sinfónica Nacional. Invitación que se empalmó con la agenda de la OSEM, puesto que el mismo día se programó la cuarta de Bruckner con la presencia de Díaz.
El problema fue que cuando los músicos de la Sinfónica Nacional se enteraron de que tocarían con Faustino Díaz objetaron y dijeron que no volverían a permitir una colaboración con él: que es un mal compañero y que tuvo el descaro de hablar mal de la Sinfónica Nacional en varias ocasiones, a pesar de que la agrupación le abrió las puertas en varias ocasiones. Hasta Díaz Infante salió mal porque pasó el bochornoso momento de desinvitar a Faustino. El problema de todo esto es que, más allá de lo que haya hecho Faustino, hay quienes ven algo de verdad en su respuesta pública y como dirían algunos: la verdad no peca, pero incomoda.
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