El nuevo Conahcyt se estrena con la novedad histórica de dejar sin estímulos económicos a beneficiarios del Sistema Nacional de Investigadores.
Los peores temores en la comunidad de investigadores del país se han materializado: al parecer han iniciado las represalias dirigidas contra quienes entablaron procesos jurídicos contra la institución encabezada por María Elena Álvarez-Buylla; el propio Consejo lo reveló hace unos días en sus redes sociales, en un intento por descalificar la información sobre el fin de los estímulos a algunos beneficiarios debido a una crisis presupuestal. Ahora comenzamos a saber que los recortes quizá obedecen a criterios selectivos cuya legalidad está por verse. ¿Cuántos investigadores sufrirán esta purga en el SNI? Si el Conahcyt ahora sale a decir que el fin anticipado de los convenios para otorgar estímulos no es selectiva, será interesante conocer qué tercer nuevo argumento darán. Pero más allá de los dimes y diretes, lo cierto es que el presupuesto del nuevo Conahcyt no cuadra y han cortado por lo más delgado: dejar sin recursos a la comunidad de investigadores como daño colateral de los proyectos prioritarios del gobierno de la 4T.
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Lo ha dicho muy claramente la investigadora Brenda Valderrama: nada más neoliberal que transferir los costos económicos de la política a los ciudadanos. El nuevo Conahcyt llega con el neoliberalismo recargado.
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