El fallecimiento por golpe de calor del arqueólogo Emmanuel Eleazar Reyes Estrada, que hacía trabajo de campo en el Proyecto de Salvamento Arqueológico Energía Los Cabos, puso en el foco una vez más la situación precaria a la que se enfrentan los arqueólogos. Esto también nos hace preguntarnos sobre protocolos de seguridad para el trabajo de campo, si ya se sabe que en las últimas semanas el país se ha enfrentado a olas de calor fuera de lo común.
Tampoco queda claro cuál es el “respaldo” que ofrecerá la Institución a la familia del arqueólogo fallecido, anunciado en un comunicado que llega tarde; en el texto el INAH dice que “no es exagerado asegurar que se movilizaron todas las fuerzas” para buscar al arqueólogo que primero se reportó como desaparecido. Se trata de un comunicado que se publicó luego de que el gremio presionó en redes sociales para saber qué había ocurrido con Reyes Estrada. Descanse en paz.
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Más sobre Xochicalco
A propósito del INAH, la Dirección de Medios de este instituto nos envió una respuesta a la columna en donde nos preguntábamos si Xochicalco está siendo resanado o restaurado. En el texto, el INAH asegura que se ha “actuado con responsabilidad, respeto y apego a cada uno de los protocolos de gestión de riesgos”.
Explica que a partir de “investigaciones, estudios y registros pormenorizados de un equipo especializado”, logró construir un “proyecto de intervención adecuado” para reconstruir y mejorar las estructuras arqueológicas que había antes del sismo de 2017.
“Una vez definido el proyecto, el proceso de intervención se implementó entre octubre y diciembre de 2022, bajo la dirección de la doctora Laura Ledesma Gallegos y con la participación de investigadores del Centro INAH Morelos que cuentan con amplia y reconocida experiencia en procesos de restauración y conservación del patrimonio cultural”, continúa. El instituto afirma que en la intervención se “aplicaron los criterios y técnicas vigentes en materia de restauración de bienes culturales inmuebles, considerando en todo momento los datos y valores arqueológicos del sitio. Comenta que de esa manera se restituyeron faltantes y se protegieron los materiales originales.
Por último, el INAH informa que en el proyecto se incorporaron “las labores de conservación de personas de las comunidades aledañas al sitio: Cuentepec, Tetlama y Xochicalco”.
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