Y para concluir estas entregas de lo que sabemos sobre el anteproyecto del Programa Nacional de Cultura 2024-2030, un documento de 42 páginas al que tuvimos acceso, le contamos que, como parte de los objetivos de “preservación y divulgación del patrimonio material e inmaterial”, figura el plan de crear una universidad o escuelas (no está claro) de artes y oficios fuera de la Ciudad de México, para formar restauradores “y personas capacitadas en distintos oficios dedicados a la conservación de patrimonio”.

El anteproyecto plantea reactivar la cooperación con la iniciativa privada, para ello se propone “crear un catálogo nacional de proyectos culturales susceptibles de la participación del sector privado”, y también se pretende reimpulsar Efiartes y Eficine, ampliando el rango de aportación de las personas físicas y morales participantes, y simplificando los procedimientos actuales, además de crear incentivos fiscales para invertir en restauración, conservación o mantenimiento de “bienes patrimoniales tangibles e intangibles, y para quienes generen empleos en el sector cultural.

El anteproyecto aborda los siempre discutidos recursos autogenerados en zonas arqueológicas y taquilla de recintos culturales, y plantea “reformar la Ley de Ingresos de la Federación para que los recursos generados en los recintos culturales se reinviertan en la infraestructura cultural existente”. De acuerdo con el documento, esto significa sumar al presupuesto un monto de 800 millones de pesos anuales de la taquilla.

Sobre la dispersión de apoyos a la cultura, el documento plantea “analizar la factibilidad” de que todos los apoyos y becas se paguen a través del Banco del Bienestar para “evitar retrasos importantes” como ocurre hoy (como si ese banco fuera ejemplo de eficiencia…).Y, finalmente, sobre el organigrama de la Secretaría de Cultura”, se plantea, entre otras cosas, “revisar el reglamento interior” (algo que con falta de tacto político Alejandra Frausto decidió hacer de última hora y, por lo visto, por su cuenta, con un anteproyecto lleno de desatinos que hoy está en la Conamer, como ya informamos en esta sección); también se habla de “restituir la Subsecretaría de Patrimonio y Diversidad Cultural”.

Pues como ya dijimos en su momento, muchas buenas intenciones que tendrán que pasar la prueba de la realidad para implementarse, pero mientras eso ocurre, a punto estamos de conocer finalmente esta semana el nombre de la nueva secretaría de Cultura. ¿Usted quién cree que llegará? (Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com)

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