Hace casi cinco años, el escritor Mario Bellatin se convirtió en funcionario público al asumir la dirección del desaparecido Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Era un momento de gran expectativa para conocer el proyecto cultural del “primer gobierno de izquierda” que tenía México. Al poco tiempo, la comunidad cultural descubrió que Bellatin y su equipo iniciaron el desmantelamiento del sistema mexicano de apoyos a la cultura y las artes, con la pretensión de transformarlo en algo vago y confuso. Iniciaron despidos masivos de trabajadores de la cultura, paralización de programas, descalificaciones a la comunidad cultural, confusión absoluta. “Inepto”, le dijeron a Bellatin muchos de sus pares. Esa indignada comunidad exigió explicaciones en una bronca pública memorable a la que el funcionario Bellatin evitó asistir, oficialmente, “por temas de salud”, aunque en esta sección él aceptó que en realidad no había ido porque “no había necesidad”.
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“Cobarde”, le dijeron entonces a Bellatin en las redes. El escritor metido a funcionario cultural sólo aguantó la presión unas semanas más y terminó renunciando al FONCA, no sin haber encabezado las primeras acciones burocráticas para destruirlo. “Traidor”, fue uno de tantos adjetivos con el que lo despidieron los numerosos descontentos. “El FONCA necesita una refundación más que un arreglo”, escribió en febrero de 2019 el inspirado Bellatin, cuando aún estaba a la cabeza de ese fideicomiso. Para su fortuna, sus sucesores no lo refundaron ni destruyeron dell todo y mantuvieron vivos, con algunos arreglos, programas como el Sistema Nacional de Creadores de Arte que administraba el FONCA. ¿Por qué para su fortuna? Porque cinco años después de su paso funesto por el FONCA, Mario Bellatin, de nuevo escritor de tiempo completo, solicitó y le fue concedida hace unos días una de las codiciadas becas del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA).
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Aunque en su momento haya satanizado sin pruebas y atentara contra este sistema de apoyo a la creación, Mario Bellatin tiene todo el derecho y cumple con todos los requisitos literarios para que sus pares hayan decidido beneficiarlo, sin sospechas de por medio, con esta beca. Sin embargo, esto no ha evitado que ahora lo comiencen a llamar, en las redes y en conocidos lugares de reunión de la comunidad cultural, “cínico”, por pedir una las becas que tanto golpeó.Le habrán dicho de todo y hoy lo tacharán de cínico, pero lo cierto es que Mario Bellatin gozará de una beca mensual de 32 mil 173 pesos, con lo cual, a pesar de todo, logró al menos uno de sus grandes objetivos como director del FONCA: que estas becas sean incluyentes… Exacto, porque lo incluyeron a él. (Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com).