Aún no inician y ya hay decepción. El pasado lunes, la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum declaró que la nueva Secretaría de Ciencia desempeñará “esencialmente las funciones de Conahcyt”. Días antes, las comunidades científica y académica no cabían de la emoción por lo que podría significar un cambio de raíz a la dependencia, uno que llevan pidiendo desde hace décadas. Sheinbaum comentó que Conahcyt podría hacerse cargo de las universidades Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud, proyectos a los que, como dijo Antonio Lazcano, no les vendría mal una evaluación crítica para mejorarlos. La futura presidenta agregó que el cambio a Secretaría podría verse hasta 2025... El camino es largo y se vislumbra lleno de baches.
Álvarez-Buylla y su desperdicio de tiempo
A su más clásico estilo, Conahcyt publicó un comunicado de prensa en el que dice que es falso que “la ciencia se colapsó” en este sexenio, bajo la administración de María Elena Álvarez-Buylla. En el texto, Conahcyt rechaza que haya un subejercicio del presupuesto y la persecución a científicos que fueron acusados por crimen organizado –si bien afirma que no cuenta con las facultades de impartición de justicia, incluso con este comunicado el Conahcyt señala y persigue a los afectados del caso que ya hasta fue descartado por la justicia mexicana. El Consejo hasta se tomó el tiempo de contabilizar las notas que, consideran, son calumnias: más de 100. Sin embargo, el papel de víctima de Conahcyt y Álvarez-Buylla no conmovió a la comunidad científica, que en X se encargó de opinar sobre este comunicado, que muchos consideran “innecesario”. “No colapsó, se deslizó hacia abajo”, “Bueno, colapso tal vez no: desmantelamiento desde adentro sería mejor descripción”, “No hay ninguna duda de que su gestión ha sido la peor en décadas al frente del Consejo” y “Faltan adjetivos para describir el desastre que dejas” son algunas de las reacciones que escribieron los usuarios. Si tanto le preocupa limpiar su imagen antes de darse un baño de pueblo regresando a su laboratorio, la directora de Conahcyt podría ponerse a trabajar en una transición decente de su desastrosa administración, en vez de ponerse a contar los artículos periodísticos que le disgustaron y culpar a la opinión pública por una imagen que ella misma creó en su corta carrera política.