Si arde por pertenecer a los modestos clanes “Ojo de la Serpiente de Obsidiana” o “De los Guerreros Felinos”, almachuchón “Clan de los Hijos de la Serpiente Emplumada” o tener la superfifí distinción de “Guardián Teotihuacano”, sólo tiene que hacer una transferencia de 20, 100, 2 mil o más de 50 mil pesos a nombre del Patronato del Instituto Nacional de Antropología e Historia, formado por figuras de reconocido prestigio como el empresario Epigmenio Ibarra.
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La meta es reunir 56 millones de pesos para construir una techumbre de 700 metros cuadrados que impida el deterioro de la Pirámide la Serpiente Emplumada en Teotihuacán. Así como ustedes leen, como si fuera damnificado de Acapulco, el INAH ha iniciado una campaña para realizar obras urgentes que no puede llevar a cabo con su presupuesto histórico de más de 8 mil millones de pesos que se le asignarán para 2024. ¿Por qué? Porque al sentido común se lo llevó el tren en el gobierno federal, y mientras que el INAH destinará parte de ese presupuesto para adquirir terrenos para la megaobra presidencial militarizada en el sureste mexicano que conectará a la finca del presidente López Obrador con Cancún en nueve horas y multiplicará el valor económico de los terrenos de las propiedades de su familia, por otro lado no hay dinero para mantenimiento, honorarios, equipo, investigación y obras como el techo para la pirámide en riesgo.
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El Tren Maya y Diego Prieto han sido el huracán Otis del INAH y esa folclórica campaña con sus “clanes de los Hijos de la Serpiente Emplumada” arranca como un jeep militar cruzando por una enfangada carretera, pero esta vez con Diego Prieto abordo. Así que si usted “siente el llamado de Quetzalcóatl” y quiere unirse a la “gran familia de la Serpiente emplumada y el Ciplactli” (aquí entra el ululante sonido de los caracoles prehispánicos), entonces olvídese de que ya pagó sus impuestos a la federación y done sus varitos para que a Diego Prieto no se le caiga el patrimonio cultural del instituto que dirige. (Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com).