El tiempo corre y el panorama financiero del Gran Telescopio Milimétrico (GTM) no luce prometedor. Fuentes cercanas nos informan que se trata de conseguir recursos para poder acabar el año a través de una convocatoria que sacó Conahcyt. La bolsa era de 19 millones de pesos, pero sin explicación se redujo a 9 millones. Lo peor es que no hay garantía de que el GTM gane la convocatoria. Y como la relación entre el GTM y Conahcyt es tan frágil, nos dicen que los funcionarios que administran el Telescopio andan de puntitas para no hacer enojar a María Elena Álvarez-Buylla y no arriesgarse a perder ese dinero.
¿El dios de la lluvia tiró pirámide en Michoacán?
Esta semana se comentó en redes el daño en el basamento de una pirámide en la zona arqueológica de Ihuatzio, Michoacán. Las fotos muestran una estructura piramidal casi derrumbada, partida como si fuera mazapán. Ante los comentarios, el INAH lanzó un comunicado y argumenta que la pirámide se dañó por las fuertes lluvias, las altas temperaturas y la sequía. “Derivado de las intensas lluvias que han caído en la cuenca del lago de Pátzcuaro, con un acumulado por encima de la media prevista de precipitaciones, se presentó un derrumbe en la parte central de la fachada sur de uno de los basamentos piramidales de la zona arqueológica de Ihuatzio”, indica el documento. El INAH achacó el evento además a una intervención errónea en el pasado. ¿Habrá sido el dios de la lluvia quien dañó la pirámide o los duendes de la falta de mantenimiento? Lo que inquieta es la condición precaria en sitios arqueológicos de todo el país. Que los dioses de la lluvia y de la sequías tengan piedad...
Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com