INAH aplica la frase de “calladitos se ven más bonitos” a sus empleados en su nuevo Código de Ética. En el documento, publicado a inicios de mes en el Diario Oficial de la Federación, el Instituto considera que las redes sociales personales de sus empleados son una extensión de ellos como representantes del INAH, por lo que a través de esos medios deben procurar la imagen de la dependencia. Aunque señalan que no se menoscabará la libertad de expresión, también indican a sus empleados que deben procurar la confianza en el servicio público. Está de más decir que en distintos momentos personal del INAH ha recurrido a las redes sociales para denunciar y cuestionar la gestión de Diego Prieto. Se entiende por qué es conveniente para el INAH —donde la austeridad no ha tenido piedad, sortea el polémico proyecto de Tren Maya y constantemente denuncian condiciones precarias de trabajo— que soliciten a sus empleados ser “recatados” en las redes sociales.
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Trabajadores de la Cultura, sin pagos y sin contratos
Empleados del Sistema de Apoyos a la Creación denuncian en redes sociales que hasta la fecha hay trabajadores que no han recibido los pagos de lo que va del año y, además, que hay incertidumbre porque muchos no han firmado los contratos para este 2024. Las denuncias están desde la semana pasada y hasta este lunes señalaban que la Secretaría de Cultura ha puesto “trabas” y “cambios constantes” para “atrasar más los trámites de contratación y, por supuesto, los pagos”. La cuestión es que a finales de febrero, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ordenó no contratar personal para el gobierno federal a partir del 2 de marzo y hasta el 30 de septiembre, esta indicación incluye a las dependencias del gobierno, tanto en plazas permanentes como eventuales, personal de servicios profesionales por honorarios con cargo al capítulo de Servicios Personales. Habrá que dimensionar qué impacto está teniendo esta indicación de Hacienda en las plantillas de empleados de la Secretaría de Cultura.
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