Aline Nolasco
Es difícil imaginar nuestras vidas sin el uso de plástico. Este material liviano y resistente es indispensable para la salud, alimentación y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, nuestro estilo de vida cada vez más acelerado, exige materiales fáciles de transportar y desechar y son justamente estas características las que han contribuido a la sobre producción y mala gestión del plástico, provocando la actual crisis de contaminación plástica.
Entre 1950 y 2017 se produjo un total de 9.2 mil millones de toneladas de plástico, de las cuales la mitad prevalecen como residuos acumulados en los ecosistemas. Esto crece a ritmos acelerados, en sólo 20 años la producción de plásticos se ha duplicado y se prevé que a 2040 se cuatriplique.
En el caso de México, se producen más de 7 millones de toneladas de plástico al año, de las cuales 5.7 millones se quedan como residuos. Cada mexicano genera alrededor de 59 kg de residuos al año y entre el 38% y 58% de estos son mal gestionados.
Nuestro país ocupa el lugar 7 entre los 12 países responsables del 52% de residuos plásticos mal gestionados, e incluso, superó el volumen de residuos que genera frente a los que puede gestionar en un año el 30 de abril de 2023. Mientras el promedio mundial fue el 28 de julio, México se adelantó 3 meses.
La buena noticia es que el mundo ya está en camino hacia la circularidad de los plásticos y descubriendo sus beneficios. La Fundación Ellen MacArthur (EMF), estima que la economía circular tiene el potencial de reducir el 80% del volumen anual de plásticos que llega a los océanos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25 % y generar ahorros de 200 mil millones de dólares anuales y 700 mil empleos adicionales netos.
En marzo de 2022, mediante un proceso histórico, más de 175 países acordaron elaborar un instrumento jurídicamente vinculante sobre contaminación plástica. Se pretende que este año concluyan las negociaciones y el tratado entre en vigor en 2025.
El actual borrador del tratado incluye temas como plásticos problemáticos y evitables, responsabilidad extendida del productor, transición justa y desarrollo de planes nacionales.
Organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP), se han involucrados en las negociaciones y trabajos para lograr un tratado ambicioso que logre poner fin a la contaminación plástica.
A nivel nacional, también hay avances hacia la circularidad a través de legislaciones más robustas y compromisos voluntarios desde el sector privado. Los consumidores están atendiendo el problema al considerar el tema de la sostenibilidad en la compra de productos.
A pesar de esto, es difícil llegar a una circularidad de los plásticos sólo con esfuerzos individuales. Incluso para las personas, gobiernos y compañías más conscientes, eliminar el plástico por completo es casi imposible e incluso no deseable.
Ante este panorama, surgen los Pactos de los Plásticos, una red global que responde de manera unificada a la crisis de contaminación plástica. Actualmente, 13 países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Chile y Colombia, cuentan con un pacto, implementados por la EMF y WRAP, en los cuales, gobiernos, empresas, academia y sociedad civil coordinan esfuerzos para acelerar la circularidad de los plásticos.
Cada pacto está alineado a los instrumentos internacionales y siguen una visión común para lograr objetivos ambiciosos en materia de plásticos problemáticos e innecesarios, innovación y porcentajes ambiciosos de reuso, reciclabilidad y compostabilidad.
El Pacto de los Plásticos de México (PPMX) se lanzará a finales de marzo en México y será el número 14 en unirse a esta red que no sólo se alineará a los instrumentos internacionales, sino que responderá a necesidades nacionales para asegurar que todos los actores de la cadena de valor del plástico articulen y coordinen esfuerzos que permitan avanzar de manera efectiva hacia la circularidad.
Los pactos en el mundo han demostrado ser plataformas colaborativas, enfocadas a la acción, en las que se han desarrollado proyectos piloto exitosos en conjunto con grandes empresas.
Oficial senior de cambio climático en WWF México