Incendios forestales más frecuentes e intensos son consecuencia del aumento de las temperaturas globales (Photo: Laureen Raftopulos).
Incendios forestales más frecuentes e intensos son consecuencia del aumento de las temperaturas globales (Photo: Laureen Raftopulos).

Por Raquel Villanueva Juárez

Es el inicio de un periodo electoral en México en el que es importante conocer las propuestas en materia ambiental de los candidatos y candidatas, para exigir políticas públicas urgentes y efectivas, y optar electoralmente por quienes asuman un verdadero compromiso por la conservación de la naturaleza y la creación de mecanismos sustentables de producción y consumo.

Si continuamos con las tendencias actuales de aumento de las temperaturas, el año 2023 se perfilará como el más caluroso desde 1940, según los registros del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea. Aquellos que todavía creen que este constante aumento de las temperaturas solo afectará a los osos polares y tendrá consecuencias en las selvas tropicales, lejos de nuestra cómoda vida urbana con supermercados repletos de mercancías y un flujo constante de agua en el grifo, están optando por ignorar una realidad implacable.

En un mundo consciente de su propia fragilidad y que mira hacia el futuro, la cifra que resuena con urgencia y gravedad es 1.5°C. Este número, en apariencia modesto, marca la frontera entre un cambio climático manejable y una catástrofe irreversible. Es un límite que no podemos cruzar, ya que sus consecuencias se hacen sentir cada vez más.

La aceleración del calentamiento global ha desencadenado fenómenos devastadores: cambios climatológicos extremos, incendios forestales, inundaciones y la triste melodía de la extinción de especies que son parte integral de nuestro planeta. Estamos frente a un desafío histórico, y debemos reconocer que nuestras acciones nos han llevado a este punto crítico.

Nuestra adicción a la industrialización y al consumo desmedido ha causado estragos ambientales. Cada año, liberamos 51 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, provocando desequilibrios en la regulación climática. El sector de la energía es el principal responsable, generando un 76% de las emisiones globales. Este sector incluye subsectores como el transporte, la generación de calor y electricidad, las edificaciones, la industria manufacturera y la construcción.

No podemos ocultar nuestra huella de carbono, que se refleja en nuestros hábitos diarios. Desde una taza de café hasta la producción de nuestros jeans o la preparación de un taco de bistec, cada elección cotidiana contribuye al aumento de la temperatura. Incluso en una sociedad como la mexicana, que no lidera en términos de consumo, estamos emitiendo más CO2 por persona de lo deseable. Actualmente, nuestro país es el decimoquinto mayor emisor de dióxido de carbono (CO2) en el mundo, con alrededor de 400 millones de toneladas métricas de emisiones de CO2 en 2021.

Para mantenernos por debajo del umbral de 1.5 grados, necesitamos una revolución en nuestra sociedad de consumo. Aunque enfrentamos un desafío monumental, existen estrategias viables. La reducción de nuestra huella de carbono a través de acciones ciudadanas y políticas nacionales es esencial, especialmente en el sector energético. La inversión en energías renovables y la adopción de la economía circular pueden marcar la diferencia, optimizando recursos y fomentando un crecimiento sostenible.

Sin embargo, la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente. Los científicos advierten que podríamos cruzar el umbral de 1.5 grados Celsius antes de que termine la década. Nos encontramos en una etapa crítica que requiere una adaptación continua al cambio climático, que, de hecho, ya se sabe que perdurará durante siglos.

Este no es solo un tema ambiental; está intrincadamente ligado a la pobreza, la desigualdad y el desarrollo económico. La justicia climática debe ser parte integral de nuestras conversaciones y acciones. Los mayores emisores deben asumir responsabilidades proporcionales.

En 2023, la urgencia es palpable y se requieren medidas audaces para frenar el aumento de las temperaturas. También es el inicio de un periodo electoral en México en el que es importante conocer las propuestas en materia ambiental de los candidatos y candidatas, para exigir políticas públicas urgentes y efectivas, y optar electoralmente por quienes asuman un verdadero compromiso por la conservación de la naturaleza y la creación de mecanismos sustentables de producción y consumo.

*Periodista ambiental y colaboradora de El Futuro del Planeta de EarthX TV

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