Por Iván Carrillo

La imagen muestra a Juan Vargas y Catalina Porras, inmersos en la contemplación del atardecer en la majestuosa Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California. Estos dos individuos encarnan una de las historias más inspiradoras de conservación en nuestro país. Hace dos décadas, se embarcaron en el desafío de reintroducir al cóndor de California en esta región. Especie casi desaparecida como consecuencia del envenenamiento por plomo de las balas de los cazadores. Para lograrlo, dejaron atrás su hogar y se instalaron en una humilde tienda de campaña, que luego fue reemplazada por una modesta camper, resistiendo los duros inviernos de este vasto bosque, uno de los pocos ecosistemas vírgenes que aún sobreviven en nuestro territorio.

Sin embargo, su labor trasciende la mera resistencia a las inclemencias meteorológicas. Juan y Catalina trabajan en estrecha colaboración con la ciencia. Para garantizar la existencia de los 42 cóndores que hoy surcan los cielos mexicanos, llevan a cabo un monitoreo diario, verifican el estado de los prácticamente inaccesibles nidos, protegen su hábitat y vigilan una zona que está expuesta a numerosos peligros, tanto naturales como sociales.

Estos valientes individuos forman parte de un grupo de héroes anónimos que he tenido la fortuna de encontrar a lo largo de mis muchos años cubriendo esta silenciosa guerra a la que los seres humanos nos enfrentamos, y que nos atrevemos a llamar eufemísticamente "crisis socioambiental".

Hoy, gracias al incansable esfuerzo de una mujer tímida pero apasionada, Patricia Escalante, la guacamaya roja vuelve a surcar los cielos de la selva de los Tuxtlas, en Veracruz, después de haber desaparecido debido al despiadado tráfico ilegal. Lo mismo ocurre con el berrendo, el animal más veloz del continente, reintroducido gracias al compromiso de Víctor Sánchez. El majestuoso borrego cimarrón, cuya preservación ha sido fundamental para Patricio Robles Gil. Y no podemos dejar de mencionar al bisonte americano, que fue ferozmente exterminado por los colonos estadounidenses, quienes buscaban aniquilar también a las poblaciones indígenas en los Estados Unidos. Hoy, gracias a personas como Nélida Barajas y Rurik List, México alberga dos poblaciones de esta asombrosa especie. Además, debemos reconocer el regreso del lobo mexicano, una especie que fue considerada enemiga por los rancheros y que estuvo al borde de la extinción a mediados del siglo pasado. Sin embargo, hoy en día, gracias a un programa binacional encabezado por hombres y mujeres que se niegan a presenciar la desaparición de esta emblemática especie, el lobo mexicano pervive y habita en nuestro territorio.

Cada vez que me encuentro con una de estas historias, me asalta la misma pregunta: ¿por qué no son conocidas por todos? Ante la implacable y devastadora crisis de biodiversidad que enfrentamos, conocida como la Sexta Extinción Masiva, estas narrativas de conservación y resurgimiento de vida que se creía perdida se convierten en un bálsamo de esperanza en medio de la desolación.

En los ojos de sus protagonistas he visto arder la pasión que los impulsa en la misión que han abrazado. Al igual que Juan y Catalina, cada uno de ellos se enfrenta a innumerables desafíos para consolidar sus proyectos y proclamar con orgullo que una especie ha regresado a un hábitat saludable y funcional. Sin embargo, es muy probable no lleguen a ser testigos del fruto de su arduo trabajo, ya que la reintroducción de especies es una tarea de largo aliento. Por ejemplo, el plan para reintroducir al lobo, que se inició en la década de 1970, tiene previsto extenderse hasta el año 2070.

Con el objetivo de evitar que estos héroes de la conservación caigan en el olvido y para que toda la sociedad pueda sumarse a estos valiosos proyectos, me aventuré a producir un documental en el que se recogen sus inspiradoras historias. El filme, titulado "Última llamada: seis especies contra la extinción", se estrenará en una única función este martes 11 de julio a las 11 de la mañana en la prestigiosa Cineteca Nacional. La entrada será gratuita. Los invito a sumergirse en esta historia de esperanza y a unirse a esta noble causa.

Colaborador de National Geographic Society y panelista del programa 1.5 grados para salvar al planeta

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