Por VÍCTOR RODRÍGUEZ
Ensenada tiene una vocación hacia el mar, pero desde hace años parece querer abandonarla. Cada vez más olvidamos nuestra conexión con este vasto ecosistema; sólo hay que notar cómo hemos exprimido a las pesquerías, cómo lo contaminamos sin piedad. Este mismo paisaje marino también se ha convertido en campo de batalla entre quienes desean explotarlo y quienes lo usan como puente de encuentro. Es cierto: el vasto océano nos define a unos como a otros. Pero ha habido una confusión, ciertamente entendible.
El conflicto actual de 3M, una playa con una excelente ola para surfear en Ensenada, Baja California, es que convive cara a cara frente al progreso. Es cierto, el desarrollo es necesario. Las empresas acuícolas dan trabajo calificado. Pero tampoco se vale sacrificarnos por utilidades, al menos, si no es compartida, si no traen un beneficio común. Las olas son nuestras, es nuestro paisaje, nuestro derecho, nuestro patrimonio cultural e histórico.
Permítanme dar un contexto: el deporte del surf es muy popular en Ensenada, Baja California; aquí se contabilizan alrededor de 3 mil practicantes en la zona urbana. Dentro de la ciudad existen varios puntos de surf como Salsipuedes (en realidad afuera de la ciudad), playa San Miguel (hay cuota de entrada), 3M (la única libre), Stacks (acceso controlado y contaminada), califas (altamente contaminada) y playa hermosa (la más contaminada de todas). La ola de la playa 3Ms se ubica en la delegación El Sauzal de Rodríguez, al norte de la cabecera municipal. Para los amantes de la cerveza artesanal, justamente se encuentra a escasos metros del taproom más bello del país: Wendlandt.
Según el informe de Trent H. Hodges de la organización Save the Waves Coalition, se encontró que entre todos los hotspots de surf dentro de la bahía Todos Santos (entre los que se encuentra 3Ms, Stacks, playa San Miguel), en promedio, un turista extranjero surfista gasta un promedio de $111 dólares en una estancia promedio de 10 días. Según su cálculo, la derrama de locales y visitantes surfistas es de $746,000 to $969,000 anuales. De hecho, este tipo de estudio ha acuñado el término de surfeconomics o economía del surf.
Se cree que toda actividad económica supera al disfrute general de la vida y la preservación de nuestros ecosistemas, cuando, en realidad, es la salud de la naturaleza lo que sustenta nuestro bienestar. Se quiere calcular todo en base a ganancias, como si la vida misma pudiese ser calculada. Algo así sucede en 3Ms (Tres Emes). Un sitio en el que se reúnen mujeres y hombres, niños y ancianos; todos en relación al mar. Es cierto, no hay una cuota perse, pero sí una ganancia: comunidad.
Lo digo tal cual porque estamos a punto de perderlo. ¿A causa de qué? De la loca idea de que toda actividad económica debe superar el beneficio de lo comunitario. La empresa Pacifico Acuaculture pretende ampliar sus instalaciones, aumentar su consumo de agua y de desechos generados de la propia actividad.
Si la empresa acuicultura pretende que hagamos ojos ciegos a la posibilidad de que los antibióticos que usan para los peces no afectarán la piel y ojos de los surfistas, la respuesta es no. Si la empresa pretende que hagamos ojos ciegos a la posibilidad de que una especie invasora está bien por el sólo hecho de que “ya estaba”, no. Si la empresa acuicultora quiere que hagamos ojos ciegos de que sus granjas están en una reserva de la biosfera, nunca.
Recuerden:el surf tiene una historia profunda en Ensenada. Este es un llamado a la comunidad bajacaliforniana para apoyar a los surfistas a defender un espacio público. A responder a los deportistas, profesionistas, pacifistas, gente amable, mamás, papás e hijos que practican el surf.
No lo olviden: el ensenadense es una ola.
Periodista especializado en conservación de los océanos