En un lenguaje llano, transparentar es hacer posible ver algo por dentro; y rendir cuentas, es responder por aquello que se nos ha confiado con el propósito de llevar a cabo alguna actividad o cometido. Ambos conceptos son fundamentales para lograr una administración honesta, responsable y eficiente.
Coordinador del comité de normatividad del CICM
Si esto lo trasladamos a la esfera pública que es donde se realizan las mayores acciones (estudios, obras, programas) que conllevan el manejo de grandes recursos (humanos, financieros, materiales), estas Dos premisas alcanzan su máxima relevancia como lo vemos en los principales proyectos de infraestructura: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Autopista Oaxaca – Puerto Escondido, el Corredor Transístmico, la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya; y como no todos lo vemos, en múltiples obras de infraestructura Hidráulica, de Salud y de Transporte, entre otras. Aquí, la magnitud de las inversiones ha hecho de la Transparencia y la Rendición de Cuentas, el tema central cuando se habla de estos proyectos ya sea en la Academia, los medios de comunicación, las cámaras industriales y colegios de profesionistas, el debate político y las redes sociales.
Lo anterior es explicable, pues los cuantiosos recursos destinados a estas obras y a la cancelación y modificación de otras, han despertado como nunca antes la atención de las mexicanas y mexicanos que como contribuyentes quieren estar enterados de lo que el Gobierno está haciendo con sus impuestos y de cómo los está gastando, por lo que es oportuno destacar la importancia de la transparencia y de la rendición de cuentas en todo el ciclo de una obra de infraestructura.
El desarrollo de un proyecto, va desde su planeación hasta su puesta en marcha y operación; es decir, son diferentes etapas las que lo llevan a buen término – estudios, diseño, ingenierías, construcción - y en todas ellas se van tomando decisiones que cuando representan cambios en el proyecto, muchas veces tienen implicaciones en tiempo, calidad y costo. Por eso debemos conocer qué es lo que las ha motivado; sus causas y consecuencias. Así mismo, están los procesos de Licitación y de Contratación para seleccionar a los consultores y constructores, de los que también queremos entender cuáles han sido los criterios y razones para optar por uno u otro, pues si bien la Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas dispone el “qué” y el “deber ser”, y el Reglamento establece el “cómo”, no es posible que estos ordenamientos abarquen y contemplen las diversas situaciones que se presentan. De ahí que hayan surgido figuras como los Testigos Sociales, que son representantes de la sociedad en el proceso de contratación.
Transparencia y Rendición de Cuentas son conceptos distintos pero relacionados y necesarios entre sí para que cada uno se dé cabalmente. Solo sabiendo cómo se llevó a cabo un proyecto de infraestructura y cuál fue su costo, podemos exigir resultados y cuentas claras, mismas que se rinden ante la Autoridad, que en el caso de haberse ejercido recursos federales, son la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública a través de los órganos internos de control de cada dependencia. Vale aquí mencionar que el Congreso ( Cámara de Diputados ) ejerce también su facultad fiscalizadora cuando realiza el examen de la Cuenta Pública para ver si el gasto se ajustó a lo que los legisladores aprobaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación, y esto se reproduce a nivel estatal en cada entidad de la república cuando se trata de recursos estatales.
Finalmente, los ciudadanos tenemos acceso a toda esta información siempre y cuando haya transparencia, pero ésta no ha estado presente de la misma forma para todas las obras y proyectos del Gobierno Federal.
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