Por Mario Enrique Reyes Pérez y Moisés Edgar Jiménez Reyes

Miembros del Comité de Desarrollo Urbano y Turismo del CICM

En un mundo cada vez más interconectado, la implementación de enfoques de ciudades inteligentes se ha convertido en una necesidad imperante para el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida en las áreas urbanas. México, con su vasto patrimonio cultural y belleza natural, no está exento de esta tendencia global. En este contexto, con la idea de ampliar y mejorar sustancialmente el sector turístico, se requiere explorar el concepto de ciudades inteligentes y su aplicación en diversas modalidades en ciudades turísticas mexicanas.

Aunque este enfoque también ha sido visto con escepticismo, como un esfuerzo de empresas por vender soluciones tecnológicas a gobiernos locales, las ciudades inteligentes pueden verse como comunidades urbanas que utilizan la tecnología de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la eficiencia operativa, la sostenibilidad ambiental, calidad de vida, y la interacción ciudadana con sus gobiernos, así como la movilidad y la logística de personas, bienes y servicios, con menores costos y mejores resultados. Estos objetivos se logran a través de la recopilación y análisis de datos en tiempo real, que facilite tomar decisiones más informadas respecto de su administración y operación cotidianas, a la vez que haga más eficiente la provisión de servicios urbanos, y más efectiva la planificación urbana.

En la tarea de adoptar esquemas y soluciones del modelo de ciudades inteligentes, se pueden realizar acciones y proyectos en varias temáticas. Por ejemplo, si hablamos de movilidad sostenible, en ciudades turísticas como Cancún o Playa del Carmen, la gestión inteligente del tráfico y el transporte público puede reducir la congestión vehicular y disminuir la contaminación ambiental. La implementación de sistemas de transporte eléctrico y compartido, junto con aplicaciones de navegación en tiempo real, mejoraría la experiencia de residentes y visitantes, y reduciría la huella de carbono de la ciudad y en especial de la actividad turística. El enfoque de ciudades inteligentes, puede ser de gran utilidad para mejorar la administración urbana y las tareas de planeación del desarrollo urbano, lo cual traería efectos positivos en la gobernanza y la provisión de servicios urbanos.

En materia de turismo cultural, ciudades como Oaxaca y San Miguel de Allende pueden beneficiarse de la digitalización de información sobre su patrimonio cultural. La creación de aplicaciones móviles que brinden información histórica y cultural en varios idiomas, así como la promoción de experiencias turísticas virtuales, atraería a un público más amplio y enriquecerá la experiencia de la población. El enfoque de ciudades inteligentes puede utilizarse también en materia de seguridad y vigilancia, por ejemplo, para algunos destinos turísticos se podría mejorar la seguridad mediante la implementación de sistemas de video vigilancia inteligente y la integración de las actividades policíacas con tecnología de análisis de datos en tiempo real. Esto

fomentará la confianza de ciudadanos y turistas y puede ayudar a disminuir la incidencia de delitos.

En ciudades costeras como Puerto Vallarta en aras de lograr eficiencia energética, se pueden aprovechar la energía solar y eólica para reducir los costos y disminuir la dependencia de combustibles fósiles. El seguimiento y la gestión inteligente de la energía pueden contribuir a lograr y consolidar un entorno más limpio y atractivo para la población local y los turistas.

Para mantener la calidad ambiental y la belleza natural de nuestras ciudades turísticas, es esencial implementar sistemas inteligentes de gestión sostenible de residuos. La recolección selectiva, el reciclaje y la minimización de residuos pueden contribuir a un entorno más limpio y atractivo, preservando los ecosistemas locales.

En materia de gestión y educación ambiental al interior de las ciudades, las nuevas tecnologías pueden ayudar a monitorear y mantener saludable la vegetación y fauna locales con sistemas de información y aplicaciones específicas de manejo ambiental; como lo son las aplicaciones educativas, así como de denuncia de delitos ambientales, participación ciudadana, y mantenimiento de espacios públicos. Un aspecto muy importante respecto a la información de sistemas urbanos es el de la gestión de riesgos y vulnerabilidad ambiental. El uso de nuevas tecnologías para el manejo de información ambiental, puede ayudar a prevenir desastres y brindar mayores facilidades de operación y logística a las tareas de protección civil.

Aún falta mucho para contar con la aplicación generalizada de estas innovaciones, pero cada vez hay mayor convencimiento por la adopción de enfoques de ciudades inteligentes en ciudades turísticas mexicanas. Ello no solo mejorará la experiencia de los residentes y los visitantes, sino que también contribuirá a la preservación del entorno natural y cultural de México. Al aprovechar la tecnología y la innovación, estas ciudades pueden prosperar de manera sostenible y atraer a un público diverso en busca de experiencias enriquecedoras. La inversión en ciudades inteligentes debe venir de la participación conjunta de actores clave de distintos sectores, que incluyen gobiernos Federal, estatales y municipales, inversionistas privados, banca de desarrollo nacional e internacional, así como de centros de investigación e innovación, todos en colaboración por una inversión en el futuro de México que ayude a reforzar su posición como destino turístico líder en el mundo.

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