Salvador Fernández del Castillo Flores
Las ciudades mexicanas han sufrido crecimientos extraordinarios en las últimas décadas. La industrialización del país al fin de la II guerra mundial, produjo un incremento demográfico sin precedentes, que generó una migración acelerada del campo a las ciudades. Personas en busca de mejores oportunidades de un trabajo estable, de educación y en general mejores condiciones de vida.
México fue un país centralista; en la ciudad capital se concentraban las principales oficinas del gobierno, los servicios mas importantes y las oportunidades.
El crecimiento de la población desbordó la capacidad del gobierno para hacerle frente, las gentes mas necesitadas se fueron asentando en donde pudieron. Se invadieron zonas de interés ambiental, barrancas y terrenos de riesgo. Se acrecentó la autoconstrucción, en asentamientos sin planeación, sin respetar las normas mínimas para una construcción segura, cada vez mas lejana de las fuentes de trabajo, de la educación y de los servicios.
Se inició la especulación desenfrenada del suelo sin ninguna limitante. La población con menos recursos no pudo adquirir terrenos cercanos al centro de la ciudad. Se crearon extensos asentamientos irregulares en la periferia.
El tráfico se intensificó, los medios de transporte se saturaron, la contaminación atmosférica se acrecentó.
Por los largos recorridos entre los hogares, el trabajo y los servicios, la calidad de vida de los habitantes se fue deteriorando, al no contar con el tiempo suficiente para convivir, para capacitarse, para ejercitarse, para el sano esparcimiento. La productividad de la población se ha reducido.
Hoy en día subsiste la invasión de zonas de interés ambiental y de zonas de alto riesgo. Se sigue dando la autoconstrucción fuera de las normas mínimas de seguridad, sin una supervisión técnica suficiente, constituyendo un peligro que se evidenció en los sismos recientes.
¿QUE SE PUEDE HACER?
Un crecimiento no controlado, pone en riesgo el orden urbano, cuando no existen estrategias de largo alcance o cuando éstas se vuelven reactivas en lugar de ser preventivas. Se requiere un Órgano de Planeación de la Infraestructura de la Ciudad, independiente de partidos políticos y de la administración en turno, que estudie y proponga a la autoridad opciones de los proyectos importantes, viables y bien estudiados. El Congreso de la Ciudad de México aprobó la Ley de Planeación para la capital del país, con ello abre paso a la creación del Instituto de Planeación, ya se podrán llevar a cabo los Planes de Ordenamiento Territorial y los planes de desarrollo de las alcaldías. Hay que poner lo del instituto de planeación de la cdmx y coemntarlo
El desarrollo de la Ciudad de México requiere ser más equilibrado, creando nuevos Centros de Ciudad. Fomentar la creación de Polos de Desarrollo en las áreas periféricas, que cuenten con los servicios básicos cercanos y estimulando la creación de fuentes de trabajo próximas a las viviendas.
El desarrollo ordenado de la Ciudad depende, en parte, de la creación de oportunidades para la adquisición de viviendas dignas y bien ubicadas, para las clases más desprotegidas. Para ello se requiere disponer de predios adecuados a precios accesibles, gestionados por la autoridad, libres de la especulación, así como oportunidades para la obtención de créditos a las personas no asalariadas. La Autoconstrucción irregular se origina por la carencia de suelo apto accesible a la población de bajos ingresos. El rescate de predios sin uso que ya cuentan con servicios en zonas cercanas al centro de la ciudad, utilizándolos para la construcción de vivienda social.
La Autoconstrucción de Vivienda requiere de la orientación asesoría y supervisión de la Ingeniería Civil y de la Arquitectura, para el logro de viviendas adecuadas, seguras, a un costo justo, en una ciudad ordenada y bien planeada..
Coordinador del Comité Desarrollo Urbano Sustentable
Colegio de ingenieros Civiles de México, A.C.
Nota:
San Pablo Chimalpa Ciudad de México: Fotografía con Dron Salvador Fernández del Castillo García