Por Gastón Cedillo

Resultado del “Nearshoring”, el Banco Interamericano de Desarrollo identifica para México la oportunidad potencial de incrementar sus exportaciones de bienes en 35,278 millones de dólares. Ante ello, diversas entidades internacionales, resaltan la vital conexión entre la logística y la tecnología para aprovechar esta ventana de oportunidad a través de la logística y la tecnología.

De acuerdo a la Real Academia Española, “Tecnología” es el “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”. Por su parte, la “Logística” se puede entender como “la tecnología de los flujos.” Ella optimiza de forma multidisciplinaria y práctica los flujos de personas, mercancías y recursos en general, aprovechando el conocimiento de las matemáticas, la economía, el derecho internacional y la ingeniería, entre otras.

Para entender la importancia del binomio logística y tecnología (o tecno logística), vale regresar a 1609. Año en que surgió una trascendente aplicación práctica del conocimiento legal que dio impulsó al comercio internacional. La obra del jurista neerlandés Hugo Grotius “Mare Liberum” (Libertad de los mares). En ella expuso que, debido a la imposibilidad para cualquier imperio de establecer y defender límites claros y permanentes en alta mar, navegar los océanos debería ser un derecho común. Con el tiempo, su aceptación internacional fue la base para facilitar por mar los intercambios comerciales lejanos.

Es con la invención del motor a vapor y su aplicación a la propulsión de los barcos, que se creó una gran revolución tecno-logística detonadora de prosperidad. Las empresas navieras que adoptaron la nueva tecnología, transformaron a la logística del comercio internacional al cruzar altamar con mayor confiabilidad y menores pagos de impuestos. Los territorios que crearon las condiciones para recibir a ese nuevo tipo de buque, resultaron beneficiados por la “conectividad mejorada” que proveía. La tecnología y la logística han revelado constantemente a los territorios que para competir no basta una “buena localización” geográfica.

Una nueva revolución tecno-logística surgió la mañana del 26 de abril de 1956, día en que Malcolm McLean materializó una idea concebida 19 años antes: mover mercancías a través de contenedores con las mismas dimensiones que las cajas de los camiones que él mismo conducía. Esto generó una transformación tecno logística acelerada. Por ejemplo, la mecanización y posterior automatización en el manejo de los contenedores. No solo aceleró la logística de carga y descarga de las mercancías, sino que también facilitó la estandarización (confiabilidad) de los tiempos y costos para hacerlo. El crecimiento del comercio internacional llegó a ser de tal intensidad, que, en 1983, el Profesor Teodoro Levitt bautizó al fenómeno como “Globalización.”

Sin embargo, la expansión global de las cadenas de suministro llegó a un punto de inflexión. Por un lado, los atentados del 11 de septiembre de 2001, incrementaron las medidas de seguridad en el transporte tanto de personas como de mercancías. Por otro lado, como resultado del desastroso terremoto y tsunami de 2011 en Japón, la empresa automotriz Toyota inició una importante reorganización por regiones de su cadena de suministro global. La regionalización de las cadenas de suministro se reforzaba.

Al día de hoy, las frecuentes pandemias, conflictos internacionales, guerras comerciales, ataques cibernéticos y preocupaciones ambientales, nos revelan la alta vulnerabilidad de las cadenas de suministro. Ante ello, tanto empresas como gobiernos buscan una menor dependencia geoestratégica de Asia, así como reducciones en costos logísticos totales, en tiempos de tránsito y en emisiones a la atmósfera. Pero, sobre todo, alcanzar un crecimiento económico sostenido y sostenible cerca de casa.

Hoy más países reconocen la importancia de elevar al estatus de “área de interés nacional”, a la sincronización entre la estrategia tecno logística y la política industrial. Por ejemplo, en Francia se ha publicado un interesante documento titulado: “La Logística, ¿un asunto de Estado?”. En nuestra región, al inicio de 2023, los líderes de América del Norte acordaron el desarrollo conjunto de “Corredores Verdes para el Movimiento de Mercancías.” El reconocimiento a la tecno logística como un eje clave para articular el desarrollo sostenible de la región de América del Norte, quedó manifiesto. De inmediato, han surgido las propuestas para conectar a la región aprovechando nuevas tecnologías del transporte más eficientes y ecológicas. Entre ellas, los vehículos de carga movidos por hidrógeno o incluso, un nuevo modo de transporte, los dirigibles de carga.

Sin embargo, aprovechar el binomio logística y tecnología para impulsar el crecimiento económico, requiere preparativos. Para ello, existen hoy varias experiencias que nos pueden servir para un despegue contundente. De las internacionales, podemos identificar la creación de un grupo de tarea especializado (denominado en algunos países como: “National Logistics Task Force”), dotado incluso de una Ley Nacional de Logística y Transporte, como potente impulsor de coordinación nacional. De las nacionales, los resultados del método que permitió el diseño y operación del “LogistiX-Lab” en las calles de la ciudad de Querétaro (un “Living Lab” o laboratorio en contexto real de tecnologías para la logística), comprobando su éxito cuando se busca una efectiva capacitación para el “mundo real”, tanto de tomadores de decisiones públicos y privados, como de estudiantes y académicos.

La tecno logística permite mayor fluidez en el movimiento de las mercancías. Perder menos tiempo significa menos contaminación e inmovilización de recursos (personas detenidas en el tráfico, inventarios en tránsito, inventarios de seguridad dispersos en muchos almacenes, entre otros). Por el contrario, recibir más sitios de producción sin tecno logística, significa mantener las actuales prácticas de transporte, almacenamiento, fabricación, distribución y consumo de bienes que son insostenibles en muchos frentes. Dichas prácticas no son ecológicas, ni confiables, ni socialmente responsables, pero, sobre todo, nos hacen soportar costosos inconvenientes como congestión, accidentalidad y contaminación aceleradas.

El “Nearshoring” es una ventana de oportunidad con fecha de caducidad. La localización de nuevos sitios de producción impulsada por un desempeño logístico de clase mundial, puede robustecer significativamente a la economía de México (véase el caso de China y los tigres asiáticos). Pero requiere de bases en infraestructura de transporte y logística, así como de la formación de recursos humanos de clase mundial para producir innovaciones continuas, tecnologías de vanguardia y, por lo tanto, logística y tecnología como pilares de las cadenas de suministro que, a su vez, se vuelvan ejes para la creación de prosperidad sostenida.

Doctor en Logística y Transporte por la Universidad de Paris.

Miembro del Comité de Tecnología del Colegio de Ingenieros Civiles de México.

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