Más resiliencia logística. Menos contaminación ambiental

Por Gaston Cedillo

Regionalización de las cadenas de suministro

En un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, un paradigma está volviéndose cada vez más fuerte en la mente de los tomadores de decisiones públicos y privados: entre más local sea una cadena de suministro, más resiliente y sostenible será. La globalización se está moviendo muy rápido hacia un siguiente paso: la regionalización de las cadenas de suministro o “Nearshoring”. Ante ello, nuestro más reciente análisis muestra que nuestra mejor oportunidad como país, es movernos hacia el uso de la tecnología digital para la construcción de cadenas de suministro más resilientes y menos contaminantes. La nueva regla del juego es, al mismo tiempo, mitigar el cambio climático y ser más competitivos.

Recientemente, la líder de pensamiento en cadenas de suministro, Bidiya Vakil, propuso el desarrollo de una “Red Panamericana de Cadenas de Suministro” para incrementar la resiliencia y competitividad de los países de “Las Américas”. Sin embargo, por mencionar el caso más cercano, la actual falta de coordinación transfronteriza entre México y los EE.UU. ha llegado a provocar horas de parálisis en el cruce de la carga. En tanto no exista interoperabilidad logística transfronteriza entre los países, no contaremos con el elemento clave fundamental para una integración económica fluida. En el ámbito de la moderna logística civil, la interoperabilidad logística se entiende como la capacidad de organizaciones independientes para conducir de forma conjunta y fluida, operaciones y negocios con base en procesos estandarizados y digitalizados que conformen un solo lenguaje para la acción.

“Efecto Frontera”: un gran desafío que está revelando grandes oportunidades

Actualmente los participantes transfronterizos tanto públicos como privados, están operando desde una perspectiva poco colaborativa. Esto resulta en un “Efecto Frontera” que inyecta incertidumbre a los flujos de carga en al menos dos fases. La primera fase es la incertidumbre durante los tiempos de cruce debido a la falta de estandarización y digitalización de los procesos, en consecuencia, las empresas manufactureras se “protegen” de la variabilidad incrementando los inventarios de seguridad. Pero una vez que la carga cruza la frontera, opera la segunda fase de incertidumbre. Debido a que el transportista desconoce exactamente cuándo y cuanta carga deberá mover cada día, como lo señala José Minarro, Director de Sunset Transportation: “se crea un ambiente de incertidumbre y de poca planeación para asignar la carga a un chofer y un tractor disponibles. Es un juego de improvisación diaria para el transportista quien está intentando asignar múltiples cargas a su flotilla de tractores/operadores.” Como resultado, las cadenas de suministro incurren en sobre costos que, en realidad, son evitables.

Existen al menos dos razones que explican lo anterior. Por un lado, los actuales sistemas de logística empresarial han sido diseñados para responder a los objetivos de cada empresa en lo individual.

Por lotanto, la mayoría de las redes logísticas (con recursos en flotas de vehículos, almacenes, etc.) se traslapan entre ellas sin posibilidad de compartir recursos. Por otro lado, los actuales sistemas y procesos transfronterizos de cada gobierno se mantienen operando, como se espera, para defender los intereses nacionales, pero sin conectar mejor a uno de los vasos comunicantes que los tres países acuerdan es de beneficio mutuo, la fluidez del comercio.

Para dimensionar la importancia de actuar rápido en este tema, unos números. El ecosistema transfronterizo actual es responsable de procesar cada año comercio por aproximadamente $700 mil millones (alrededor de $100 mil pesos anuales por cada mexicano), todo ello a través de 7 millones de cruces de camiones comerciales y 1.2 millones de cruces de vagones de ferrocarril. Varias publicaciones muestran que actualmente se tiene una “fila de espera” de empresas que esperan invertir y localizar sus operaciones en México con el objetivo de exportar a los EE.UU. De acuerdo con el Banco Inter Americano de Desarrollo (BID), a la actual impresionante cantidad de comercio y cruces, se agregará al menos 5% como resultado del proceso de “nearshoring” (alrededor de 30 mil millones de dólares). De este modo, el nivel de congestión de los cruces, la contaminación, los costos logísticos, los riesgos de seguridad y las posibles interrupciones de la cadena de suministro podrían alcanzar niveles ruinosos.

Comunidad digital de cadenas de suministro transfronterizas: un cambio de juego

La interoperabilidad logística es la base de un enfoque tecnológico novedoso denominado “comunidad digital de cadenas de suministro transfronterizas”, la cual funciona como una “Torre de Control” para el monitoreo y gestión binacional de los flujos de carga. Con base en la estandarización y digitalización de los procesos transfronterizos (comerciales, aduanales, de seguridad, etc.) desde un enfoque binacional, se prevé que es el cambio en el juego competitivo que la región de América del Norte requiere. Como lo ha dicho John Corey, presidente de la Freight Management Association of Canada: "la digitalización de los procesos transfronterizos desde una perspectiva tri-nacional sería el motor para llevar a toda la región de América del Norte al siguiente nivel".

Es factible mitigar o eliminar el "Efecto Frontera" a través de una "Comunidad Digital de Cadenas de Suministro Transfronterizas". Esto permitiría avanzar hacia el aprovechamiento de los efectos positivos del “nearshoring” (crecimiento económico), mitigando los efectos negativos (contaminación del agua y del aire). Para ello se requiere que gobiernos y empresas impulsen en conjunto, al menos tres acciones concretas:

1. Crear una Mapa de Ruta Tecnológico y de Logística para la digitalización de los puertos fronterizos terrestres como primer paso para lograr la interoperabilidad logística necesaria y con ello, disminuir el tiempo de cruce transfronterizo y hacerlo más fluido, seguro, resiliente y sostenible;

2. Elaborar un Plan de Acción para cada puerto fronterizo terrestre a lo largo de la frontera México-EE.UU. que facilite la adopción en cada uno, de su propia “comunidad digital de cadenas de suministro transfronterizas”;

3. Promover Pilotos de Prueba bien delimitados en puertos fronterizos seleccionados con el objetivo de ganar confianza en la adopción de tecnologías digitales implementadas con perspectiva binacional.

El crecimiento económico con bienestar para los ciudadanos de América del Norte, será tan impetuoso, como resilientes y sostenibles sean sus cadenas de suministro transfronterizas. Sin

embargo, esto no podrá ser en algún momento “realidad cotidiana”, mientras no haya una verdadera interoperabilidad logística transfronteriza

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