Ing. Luis F. Robledo Cabello
Coordinador del Comité de Infraestructura
Colegio de Ingenieros Civiles de México, A. C.
Es ampliamente conocido que el desarrollo económico de un país y los mejores niveles de vida de sus habitantes tienen una estrecha relación con la disponibilidad de infraestructura de todo tipo, como son las escuelas, hospitales, clínicas, agua potable, drenaje sanitario, carreteras, caminos rurales, ferrocarriles, puertos marítimos, aeropuertos, presas, pozos, zonas de riego, energía eléctrica, petróleo y gas, entre otra.
Los ingenieros civiles nos preguntamos: ¿Cuánto debe invertir un país en infraestructura para desarrollarse y vivir mejor?
Un criterio a nivel internacional establece que se requiere invertir anualmente no menos del 5% del producto interno bruto y hasta un 8% dependiendo de las necesidades por satisfacer y para aprovechar las oportunidades de desarrollo socioeconómico.
Una segunda pregunta es: ¿Cuánto invierte México en infraestructura?
La respuesta es: del orden del 2%; es decir sólo invertimos entre la tercera y la cuarta parte de lo recomendable, por lo que podemos concluir que no estamos desarrollando la infraestructura con la velocidad deseable para mejorar el nivel de vida de los mexicanos.
Hace aproximadamente 40 años México invertía cerca del 7% del PIB, pero el porcentaje se ha venido reduciendo sistemáticamente a través de los años hasta llegar al nivel actual de apenas el 2% notoriamente insuficiente.
La siguiente pregunta: ¿Por qué sólo invertimos la tercera o la cuarta parte de lo recomendable?
La respuesta es: porque los ingresos fiscales no son suficientes para contar con los presupuestos necesarios y porque los recursos disponibles se han canalizado hacia otras necesidades de los mexicanos que se han juzgado prioritarias por el gobierno federal y no a la infraestructura.
Otra pregunta: ¿Por qué son insuficientes los recursos presupuestales?
La respuesta: porque México es un país que recauda insuficientes recursos tributarios, inclusive en comparación con países de América Latina que tienen menor capacidad económica que el nuestro.
Por lo anterior, se considera indispensable una reforma fiscal que permita incrementar los recursos que recibe el gobierno federal de la sociedad, la cual no se ha dado por razones sociopolíticas ya que ese aumento es poco aceptado por diversos grupos sociales, políticos y económicos.
Una pregunta más: ¿Por qué no se financia la infraestructura con deuda externa e interna?
Porque el nivel de endeudamiento nacional e internacional ha crecido rápidamente en los últimos años, casi triplicándose, estando cerca del límite conveniente, por lo que nuestras autoridades consideran que no es deseable que se incremente en forma importante.
La siguiente y fundamental pregunta es: ¿Quién decide el monto de los recursos presupuestales, de los créditos nacionales e internacionales y de la inversión privada o mixta, aplicables anualmente a la infraestructura?
Es el gobierno federal, aunque la decisión tiene una gran complejidad porque debe atender necesidades de muchos tipos para tener un buen nivel de gobernanza como lo requiere la sociedad mexicana.
Se deben considerar las necesidades presupuestales en todas las regiones de México, por ejemplo para atender la Seguridad Nacional Interna que está en una difícil situación; de la Salud a nivel de centros familiares, de hospitales regionales y de hospitales de especialidades; de Educación primaria, secundaria, media superior y una parte de la de nivel profesional; de Energía Eléctrica a nivel domiciliario, comercial, para servicios públicos y para la industria; de Combustibles para los consumos domiciliarios, para la industria y para servicios de transporte de carga y pasajeros, entre muchas otras necesidades.
Dentro de ese cúmulo de necesidades presupuestales es necesario considerar las correspondientes a la infraestructura del transporte (carreteras, caminos rurales, ferrocarriles, puertos y aeropuertos), la del agua (agua potable, drenaje, presas, distritos de riego para producción de alimentos, control de inundaciones), la de la energía eléctrica (centrales de generación hidroeléctrica, geotérmica, termoeléctrica, nuclear, solar, eólica y sus correspondientes sistemas de transmisión y distribución para la entrega domiciliaria) y la de los combustibles (petróleo crudo, gasolinas, gas natural, gas LP y petroquímica).
Los presupuestos para atender estas necesidades, más los que se requieren para aprovechar oportunidades de desarrollo, como las del establecimiento de numerosas industrias de países desarrollados que se están reubicando en nuestro país, conducen a necesidades de inversión que no es factible atender con los actuales ingresos tributarios ni con créditos internos y externos.
Una última pregunta: ¿es factible el financiamiento de una parte de la infraestructura con inversión de capital privado complementado con créditos de la banca nacional e internacional al inversionista, con inversión mixta público-privada y con créditos a las exportaciones que otorgan numerosos países?
El Colegio de Ingenieros Civiles de México considera que no sólo es factible sino indispensable, sujeto el financiamiento a la evolución de una serie de factores que permitan asegurarle a los inversionistas privados la recuperación de su inversión con una rentabilidad razonable y controlada, de preferencia con largos plazos de recuperación, basada en precios suficientes de los servicios prestados, en algunas ocasiones directamente a los usuarios como es el caso de las carreteras concesionadas y en otros casos entregando la infraestructura al gobierno para que éste la opere, la conserve y preste directamente los servicios a los usuarios con precios que le generen ingresos suficientes para garantizar la recuperación de la inversión pública y privada, como es el caso de algunas centrales de generación eléctrica.
Existen muchas alternativas de participación privada en el financiamiento, según se trate de infraestructura para el transporte, agua, energía y servicios urbanos. Por ejemplo, en materia de carreteras y energía eléctrica muchas de las alternativas aplicadas han sido exitosas. Ese es el camino que se considera que debe seguirse para el bien de todos.
Junio de 2024
