Se estima que en el 2050 alrededor del 85% de la población global vivirá en ciudades, por lo que es imperante poner en la agenda global, la necesidad de optimizar las condiciones de las zonas urbanas. La movilidad será la pieza clave que nos permitirá delinear las soluciones que responderán no sólo a los requerimientos de las ciudades del futuro, sino a un mundo que está en constante movimiento.

Por Rubén López Barrera
 

Lograr una movilidad eficiente es fundamental para impulsar el desarrollo de nuestras economías y el bienestar de la sociedad. Es necesario integrar los factores que facilitan un desplazamiento óptimo de las personas, bienes y servicios, y las autopistas seguirán siendo uno de los factores clave. En este sentido me gustaría subrayar cuatro enfoques que nos ayudarán a crear las autopistas del futuro.

Primero, una movilidad inteligente debería integrar la tecnología a su estructura y operaciones, como una gran aliada que mejore la experiencia del usuario y mejore su seguridad. Debemos invertir al sistema de free flow (cobro electrónico de peajes) en las vías para garantizar el cobro electrónico por anticipado. Esto es importante tanto para reducir el tiempo del traslado de nuestros usuarios como para evitar mayores emisiones GEI que se generen a raíz del tráfico.

En segundo lugar, las autopistas del futuro también deberían ser sostenibles, tanto socialmente como en cuanto a su impacto para el medio ambiente. Actualmente cerca del 20% de las emisiones mundiales de CO2 se deben al sector del transporte y en particular, el 10% es atribuible al transporte por carretera. Ante ello, nuestra responsabilidad como industria radica en crear caminos que aceleren la descarbonización del sector del transporte. En este sentido, será esencial utilizar cada vez más fuentes de energía limpia para nuestra propia operación y generar indicadores que permitan medir nuestros avances rumbo a las emisiones netas cero.

Un factor adicional de la sostenibilidad es la necesidad de fomentar un incremento en el uso de vehículos eléctricos y asegurar que sea cada vez más fácil cargarlos. Para finales del año 2020 ya existían 11.3 millones de vehículos eléctricos y 1.3 millones de estaciones de recarga, un incremento del 46% comparado con el 20191. Estas tendencias van al alza ya que muestran contribuciones cuantificables para el medio ambiente.

Para poder facilitar la transición, hoy en día se investiga a través de proyectos piloto cómo lograr el uso de sistemas inductivos que podrían ofrecer la posibilidad de cargar a los vehículos eléctricos mientras transitan por las autopistas.

Un tercer factor es mejorar la seguridad en nuestras autopistas y es evidente que los estándares de seguridad vial están vinculados al desarrollo económico. Actualmente, los países con ingresos medios y bajos tienen el 60% de los vehículos del mundo, mientras sufren el 93% de las muertes relacionadas a accidentes de tránsito2. Las autopistas deben ser diseñadas con los usuarios en mente en todo momento, asegurando a la vez la calidad de la infraestructura al incorporar los más altos estándares de diseño y construcción. También, a través de programas dirigidos a los conductores, debemos fomentar una cultura de seguridad vial para que se genere un comportamiento de movilidad responsable y consciente.

Y, como cuarto factor, las autopistas del futuro deberían analizar y utilizar la información que recopilan como parte de su operación diaria. Al implementar programas integrales que utilicen sistemas de gestión de riesgos con base en algoritmos que brinden información en tiempo real, será posible identificar y anticipar situaciones de riesgo en la carretera. Los programas de sensorización y la captura y procesamiento de datos - tanto de los vehículos como de las condiciones de la carretera - apoyarán en la operación diaria para atender casos de auxilio vial de forma cada vez más eficiente.

Por todo lo anterior, nos encontramos ante una oportunidad única para alcanzar nuestros objetivos de lograr una movilidad inteligente, sostenible y segura. Sin embargo, no podemos ir solos. La construcción de alianzas estratégicas entre el gobierno, la industria y la sociedad civil son pieza clave para avanzar en la dirección correcta y acercar las autopistas del futuro a nuestro presente. Es una responsabilidad compartida, por lo que cada quien, desde su campo de acción, deberá trabajar en la innovación, sostenibilidad, seguridad vial y análisis de la información.

1.- Estadísticas vehículos eléctricos, Agencia Internacional de Energía, 2020
2.- Organización Mundial de la Salud, 2021

Miembro del Comité de Financiamiento CICM

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