Por Ing. Luis Francisco Robledo Cabello

Desde hace varios milenios las diversas civilizaciones alrededor de nuestro planeta fueron mejorando gradualmente sus niveles de bienestar a través de numerosas acciones y esfuerzos de sus habitantes, capacidades que fueron desarrollando gradualmente a partir de trabajos artesanales originales, transformando los materiales de su entorno y produciendo un gran número de satisfactores desde la edad de piedra y las edades de los diversos metales, hasta llegar a los conocimientos y habilidades actuales. Basta con observar las grandes obras de infraestructura de los romanos, de los mexicas y de los mayas.

Coordinador del Comité de Infraestructura del CICM

La ingeniería civil de nuestros días es el resultado de la transformación y evolución a través de los siglos de esas capacidades manuales y artesanales. Nuestra profesión no puede considerarse como una ciencia exacta, aunque utiliza muchos recursos de varias de ellas.

Puede asegurarse que una gran parte de la evolución de los niveles de bienestar físico de cualquier sociedad tiene una componente muy importante aportada por los artesanos y su evolución hasta llegar a los ingenieros civiles actuales.

También es previsible que esa evolución de carácter científico y tecnológico va a continuar cada vez más aceleradamente, con fundamento en los avances de las ciencias y de las tecnologías, alcanzando niveles de perfección que ahora no nos podemos imaginar.

Por lo anterior puede afirmarse que la Ingeniería Civil ha contribuido a elevar los niveles de bienestar de los seres humanos a través de los siglos y en todo el orbe.

Lo anterior es aplicable no sólo a los ingenieros civiles sino a cualquier otra profesión u oficio que desempeñamos los seres humanos. No es concebible el bienestar humano sin la participación de profesionales de la medicina, ingenieros civiles, ingenieros mecánicos, ingenieros electricistas, ingenieros químicos, ingenieros industriales, ingenieros petroleros, arquitectos, abogados, economistas, filósofos, políticos, maestros de educación primaria, de educación secundaria y de educación de nivel profesional, por mencionar sólo algunas profesiones, por lo que puede asegurarse que esas y otras profesiones no sólo con convenientes son indispensables para el bienestar de los mexicanos.

Adicionalmente puede asegurarse que también son indispensables servicios y oficios como los de enfermera, albañil, carpintero, fierrero, operador de maquinaria y equipo de construcción, panadero, carnicero, barrendero, pintor, comerciante, agricultor, policía y cientos más, por lo que sin esa gran cantidad de mexicanos no sería posible el desarrollo y el bienestar de los mexicanos.

La conjunción de los trabajos de los profesionales y de los servicios prestados por los oficios vinculados con sus profesiones afines, son la base fundamental del bienestar del país. No es posible pensar en que alguna de esas profesiones u oficios pueden menospreciarse, sino que deben considerarse todos ellos indispensables para nuestro desarrollo y bienestar.

No se puede considerar la existencia de la infraestructura actual de nuestro país sin la participación de la Ingeniería Civil mexicana. Simplemente puede verse la longitud de las carreteras federales, los caminos alimentadores y los caminos rurales, la red de aeropuertos, los puertos marítimos comerciales y pesqueros en nuestros litorales, la red ferroviaria, las presas y los distritos de riego y las obras de pequeña irrigación que nos permiten satisfacer la mayor parte de nuestras necesidades alimentarias, las centrales de generación hidroeléctrica y centrales de generación térmicas, las líneas de transmisión y distribución de energía eléctrica, los pozos petroleros en el mar y en tierra firme, la red de oleoductos y gasoductos, las refinerías, los cientos de hospitales, los miles de escuelas y universidades, las redes viales en las ciudades, las obras de control de inundaciones, los grandes acueductos en todo el país, las redes de distribución de agua potable, las de alcantarillado sanitario, el drenaje pluvial para evitar inundaciones, por mencionar sólo algunos servicios derivados de la infraestructura que tenemos en México, construida en su inmensa mayoría con la indispensable participación de Ingenieros Civiles mexicanos.

Estas y muchas obras de infraestructura que han contribuido al desarrollo de nuestro país y al bienestar de los mexicanos han sido factibles a través de varios siglos de participación de la Ingeniería Civil Mexicana, sin la cual estos logros no se hubieran alcanzado, POR LO QUE SE PUEDE ASEGURAR QUE LA INGENIERÍA CIVIL TIENE UNA EXCELENTE CALIDAD Y HA SIDO Y SERÁ INDISPENSABLE PARA UN MEJOR FUTURO DE NUESTRO PAÍS.

Veo con mucho gusto que un gran número de jóvenes mexicanos están ingresando a nuestras universidades para estudiar Ingeniería Civil. Soy optimista porque estoy convencido de que saldrán muy bien preparados y listos para incorporarse a la construcción de todo tipo de infraestructura en nuestro país, desde los que se irán a trabajar en pequeñas obras de caminos rurales o de agua potable en comunidades rurales de las zonas más pobres de nuestro país incluyendo las comunidades indígenas, hasta los que trabajarán en grandes proyectos como la Refinería de Dos Bocas y en cientos de pequeñas, medianas y grandes obras que seguirá requiriendo nuestro país.

Es frecuente que junto con los maestros de primaria y los médicos rurales, los ingenieros civiles seamos de los primeros en conocer y participar en resolver los problemas de las comunidades más lejanas y pobres de México. No somos una profesión urbana ni elitista, vivimos las realidades de nuestro país y contribuimos a mejorarlas por lo cual somos bien vistos por esos mexicanos.

Por lo anterior y por muchas razones más, se puede asegurar que México no tendría el futuro que está a su alcance sin la INDISPENSABLE PARTICIPACIÓN DE LOS INGENIEROS CIVILES MEXICANOS y de muchas otras profesiones y oficios, de los cuales depende el éxito de las profesiones.

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