Marco Antonio Santos Santiago
Nohemí Salcido Fernández
Jessie Cervantes Quiroz
Miembros del Comité Técnico en Seguridad Estructural
Colegio de Ingenieros Civiles de México.
La Ciudad de México ha sido sometida a múltiples sismos que han puesto a prueba la seguridad de las construcciones a lo largo de la historia. A partir de dichos sismos, se ha visto la necesidad de establecer un reglamento y normas de construcción que estipulen el cumplimiento mínimo de diseño para la construcción de las edificaciones. La mayoría de los reglamentos de construcción alrededor del mundo se han centrado en el objetivo de prevenir el colapso de las estructuras y salvaguardar la vida de los ocupantes, considerándose un objetivo razonable para garantizar un comportamiento adecuado. Sin embargo, los grandes sismos han mostrado que cumplir con estos objetivos no necesariamente responden a un comportamiento aceptable después de una emergencia, puesto que, el daño causado en los inmuebles más vulnerables afecta a sus ocupantes en todos los aspectos: psicológico, anímico, financiero, estilo de vida, etc. En muchos casos, se obliga a desocupar los edificios por un periodo largo de tiempo para su rehabilitación o, inclusive, reinvertir en su demolición y construcción. Por tal motivo, es necesario comenzar a migrar a objetivos de desempeño superiores de las edificaciones que limiten los daños estructurales permitiendo el uso inmediato de las edificaciones posterior a un sismo intenso, reduciendo las consecuencias negativas en la sociedad y buscando su rápida ocupación.
El pasado 6 de noviembre de 2023, se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México la actualización de la Norma Técnica Complementaria para Diseño por Sismo, que entrará en vigor el 6 de mayo del presente año. En esta nueva publicación se incorporaron cambios importantes en la evaluación de los requisitos mínimos de seguridad en estructuras importantes como hospitales, escuelas, edificios con sustancias peligrosas, entre otras. Este nuevo enfoque de diseño consiste en una revisión para distintos objetivos de comportamiento, lo que significa que, según ese objetivo de comportamiento deseado o elegido, será el daño remanente o aceptable en la estructura en caso de que se presente el sismo considerado para su diseño. Por lo anterior, en esta nueva versión de las normas, por primera vez en México, se considera el concepto de la “ocupación inmediata” posterior a la ocurrencia de un movimiento sísmico de “intensidad considerable”. Lo anterior, representa un gran avance en el diseño de edificaciones y en la tranquilidad de la sociedad, ya que, en esta nueva filosofía, se considera que los daños que existan posterior a un sismo se logren subsanar, en corto tiempo (horas), para la ocupación rápida, segura, confiable.
Por otro lado, también se incorporaron, al menos, cinco nuevos capítulos:
1. Metodologías de diseño basado en el control de desplazamientos.
2. Sistemas estructurales con disipadores de energía.
3. Sistemas estructurales con aislamiento de base.
4. Evaluación basada en desempeño.
5. Instrumentación.
Estos capítulos no son esenciales para el desarrollo de la ingeniería estructural cotidiana, pero representan el conocimiento técnico moderno para resolver de forma eficiente las edificaciones importantes, asimismo, la aplicación de tecnologías para lograr los objetivos de desempeño que salvaguarden las vidas y el patrimonio de la sociedad. Si bien en México existen expertos que conocen y dominan los cinco nuevos capítulos, las tecnologías que regulan y las nuevas consideraciones para un diseño adecuado, la mayoría de los ingenieros estructuristas considerará estos tópicos muy novedosos y distintos a los que por tantos años se han aplicado en la ingeniería estructural mexicana. Por tanto, se requerirá de muchas horas de estudio y aplicación para adquirir la experiencia suficiente y dominio de los temas buscando para lograr una confianza suficiente en los nuevos diseños de edificaciones.
Actualmente, el conocimiento especializado requerido para la aplicación de la actualización de las NTC-Sismo 2023 no se imparte en los cursos de ingeniería civil a nivel licenciatura. La mayoría de este conocimiento se imparte en los cursos a nivel posgrado, por lo que, la práctica de la ingeniería estructural requerirá de una mayor dedicación al estudio para su mejor entendimiento, generando a mediano y largo plazo un mayor número de ingenieros altamente especializados. Actualmente, distintos organismos, universidades y sociedades técnicas promueven cursos de actualización para difundir el conocimiento y mantener actualizados a los ingenieros que ejercen en la práctica profesional, no obstante, estos mismos organismos no pueden darse a la tarea de vigilar y evaluar si el conocimiento fue correctamente adquirido, por lo que, será responsabilidad del propio ingeniero la verificación del claro aprendizaje y aplicación de la Norma. Este proceso de aprendizaje, implementación, adquisición de la experiencia y, finalmente, dominio de la norma requerirá tiempo, esfuerzo y recursos por parte del ingeniero, por lo que el tiempo de adopción y maduración del conocimiento puede llevar varios años. Adicionalmente, el cumplimiento de los requerimientos que establece la norma implicará modificaciones en las cantidades de materiales, que en muchos casos se verá reflejado en el incremento del costo de la edificación, lo que puede derivar, para la sociedad en general, en tener la falsa creencia de que el ingeniero, en su falta de pericia y conocimiento, eleva el costo e inversión inicial de un proyecto.
En conclusión, la actualización de las normas técnicas complementarias es un mecanismo que permite incorporar el avance tecnológico y la investigación reciente para que las edificaciones puedan responder de mejor forma posterior a emergencias en beneficio de la población. Pero su correcta implementación requiere de un proceso de adopción de nuevos conocimientos, lo cual implicará la inversión de tiempo, recursos humanos y financieros para la capacitación y entendimiento. Por lo anterior, la comunidad de la ingeniería estructural mexicana debe estar preparada para enfrentar este nuevo reto por el bien de nuestra ciudad, buscando concientizar a la sociedad entera de los beneficios que esto tiene si no en el costo inicial de la edificación, sí en el mantenimiento y conservación de la misma, del patrimonio, seguridad y tranquilidad de quienes lo habiten.